Los héroes del mar se examinan en Gijón. El Centro de Seguridad Marítima Integral "Jovellanos" de Veranes acogió ayer las pruebas de selección de rescatador de salvamento marítimo, organizadas por la empresa Inaer en las instalaciones gijonesas. Del centenar de aspirantes que presentaron su solicitud, ya se había realizado de forma previa una primera criba, permaneciendo en liza un grupo más reducido que fue el que ayer inició los exámenes en Gijón. Con estas pruebas se trata de formalizar una bolsa de empleo de Inaer para cubrir las vacantes de rescatadores así como las que se puedan producir en los próximos meses.
Inaer, sociedad especializada en servicios de emergencia aérea, convocó en la ciudad a los aspirantes para entrar a formar parte de la bolsa de empleo de nadadores de rescate que prestarán servicio desde cualquier de las 11 bases de Salvamento Marítimo que operan en España con helicóptero. Y para abrir boca antes de las pruebas, los jóvenes aspirantes, con edades comprendidas entre 18 y 33 años, pudieron ver un simulacro de rescate de un náufrago con helicóptero en la piscina de olas de Veranes, para que de esta forma se pudieran hacer una idea de lo que les espera en una situación real. Esta exhibición sirvió también para celebrar la reciente concesión de la medalla de plata de Gijón al equipo del "Helimer Cantábrico", con base en El Musel, que han completado 800 misiones y rescatado a más de 700 personas en 21 años.
La principal novedad del ejercicio de ayer es precisamente el regreso a la sede gijonesa de Sasemar, que se produjo ya en la convocatoria, en 2013, tras 15 años de ausencia en la ciudad. Una decisión que para el director del centro resulta una satisfacción, pues "los marinos tienen motivos para sentirse orgullosos de la labor que Salvamento Marítimo viene realizando", mencionó Rafael García Méndez antes de subrayar el ejemplo de "entrega, heroísmo y sacrificio" que representan los propios rescatadores que generosamente ponen en riesgo su vida. Los aspirantes tuvieron que completar tests de flexiones y carrera y, ya en el agua, realizar una prueba de 400 metros de espaldas con las piernas como única propulsión, así como el arrastre de un maniquí 150 metros tras recuperarlo del fondo de la piscina, junto a una prueba de coordinación con buceo.
