Mar de Niebla se ha hecho mayor, ha llegado a miles de personas y se ha convertido en un referente para la ciudad. Por eso ahora, más de una década después, lo que nació siendo una asociación en el barrio de La Calzada se acaba de convertir en una fundación, un paso más para "conservar el patrimonio social y comunitario que hemos ido construyendo con el paso de los años", como explicaba ayer Héctor Colunga, que ahora ocupa la secretaría y la dirección del nuevo organismo.

Para celebrar el acontecimiento ayer se reunieron en el salón de recepciones usuarios, trabajadores, promotores, políticos, nuevos patronos de la Fundación y representantes de buena parte de las entidades sociales de Gijón, con el objetivo común de "formar un frente ciudadano y poder reforzar la financiación para poner en marcha nuevas actividades, para seguir llegando a las situaciones de injusticia y falta de oportunidades a las que se ven sometidos muchos vecinos de Gijón", como apuntaba Sonia Segarra, nueva patrona de Mar de Niebla.

En el acto intervinieron todos los que de una manera u otra han formado parte de la entidad a lo largo del tiempo, desde quienes estuvieron desde el principio, como Monchu García, quien fuera el presidente de la entidad en los últimos años, hasta su reciente incorporación como concejal del PSOE al actual gobierno municipal, hasta los nuevos responsables de la Fundación. Y el balance, como indicó García, no ha podido ser mejor, porque la asociación ha logrado "dar oportunidades a los que no tienen privilegios, haciéndoles protagonistas y no objetos de trabajo, acompañando y no tutelando, cuando la crisis no era objeto de atención mediática".

Con el devenir de los años las necesidades van cambiando, y de un programa enfocado a la coordinación del ocio en sus inicios Mar de Niebla ha pasado a poner en marcha programas de inclusión social, para la construcción de una sociedad más justa, para la inserción sociolaboral, para la generación de oportunidades de trabajo entre jóvenes y mayores, para crear espacios educativos de soporte al estudio entre los niños y los adolescentes, además de promover el voluntariado "con el objetivo de favorecer un cambio estructural en la sociedad. Sólo el año pasado participaron en los planes de inclusión social 321 personas, con 81 personas en la calle dentro del programa "Eslabón" y con 31 asistentes al Club Social; 73 personas trabajaron durante el último programa de acompañamiento, 1.150 lo hicieron en el plan de inserción sociolaboral, y más de cien menores pasaron por las actividades pensadas para ellos. No es de extrañar, con todo ello, que Mar de Niebla sea para los niños "todo con letras mayúsculas, el paraíso, nuestro sol y nuestro cielo", resumió Rosa María Giraldo, una de las niñas que intervino en el acto junto con varios compañeros disfrazados de "piratas de La Calzada".

Un broche de oro para una entidad que ahora está presidida por Blanca Cañedo-Argüelles, con José Antonio García como vicepresidente y Sonia Segarra, Mariano Santiso, María Ángeles García "Geles" e Irene Alonso como patronos. Todos ellos "aceptaron sin titubeo", porque como apuntó Blanca Cañedo-Argüelles, "Mar de Niebla va más allá, se planta en la realidad y ayuda precisamente a disipar la niebla".

Una botella rellenada por cada una de las personas que intervinieron con sal de colores y un molinillo de papel le basta a la nueva fundación para mostrar cómo, a lo largo de los años y de los que vendrán, seguirán estando en marcha "para dibujar un camino de oportunidades, encontrar los colores que nos llenen de ilusión", con la vocación de llegar a entablar relaciones fructíferas con el Principado y el Ayuntamiento, refrendada por la consejera de Bienestar Social, Graciela Fernández, y la concejala Eva Illán. Nuevos vientos para viejas demandas.