No es la primera vez que sucede, pero la magnitud y el alcance de la nube de carbón originada ayer al mediodía en las instalaciones de El Musel colmó el vaso de la indignación de vecinos y ecologistas. El viento del oeste, que alcanzó rachas de hasta 40 kilómetros por hora, levantó una intensa polvareda que se dirigió hacia la ciudad, afectando a los arenales urbanos y ennegreciendo la bahía de San Lorenzo. A ello se sumó la suspensión de arena de las playas en el aire, los que hizo que se vaciasen de bañistas.

Desde la Autoridad Portuaria limitaron lo sucedido ayer a algo "no deseado y de carácter esporádico", garantizando que la nube "no se debió a ninguna circunstancia operativa fuera de lo normal" dado que "se riegan los acopios con carácter regular". A ello añadieron que la tormenta negra "se produjo porque en los días previos hubo una extrema sequía, con lo que la efectividad del riego es menor, y, además, surgieron vientos de fuerza excepcional".

Diferente versión es la aportada desde el Principado. Después de que se produjese el fenómeno, la consejería de Medio Ambiente reconoció la existencia "de incumplimientos sobre las características y tratamiento de los acopios" que alberga El Musel. De hecho, tras mandar a un agente inspector a la zona portuaria "tan pronto como se tuvo conocimiento de los hechos" de ayer, concluyeron que "el elevado volumen de graneles acopiados, los fuertes vientos registrados, así como deficiencias en la gestión de los almacenamientos constituyen las causas de este molesto episodio".

Pero no se quedó ahí la reacción del Principado, que desveló la apertura, desde hace días, de dos expedientes sancionadores por deficiencias en el tratamiento de acopios en El Musel. Uno de ellos afecta a la Autoridad Portuaria, dado que apunta a la empresa pública de la terminal de graneles sólidos, EBHISA, controlada por la propia Autoridad Portuaria.

Fuentes sindicales de EBHISA rechazaron cualquier responsabilidad de la terminal en el incidente, asegurando que la nube se originó fuera de sus terrenos, en la parva cuatro, donde almacena mineral otra empresa. Incluso registraron pruebas audiovisuales para defender su inocencia. Las mismas fuentes sindicales aseguran que "no es la primera vez que pasa" y que "la Autoridad Portuaria no obliga a esa empresa a usar tensoactivos, lo que supone ahorro para la misma pero resta efectividad al riego".

El otro expediente de sanción abierto desde hace días está referido a Lissan Coal, firma que almacena carbón en terrenos adyacentes pertenecientes a la zona de ampliación portuaria. Desde la citada empresa declinaron ayer valoración oficial alguna.

Asimismo, el Principado advierte que "el puerto de El Musel dispone de normas ambientales que exigen, ante condiciones meteorológicas adversas previsibles, anticiparse y adoptar las medidas necesarias para que puedan evitarse". Y sí reconoce que "la Autoridad Portuaria dispuso el riego de los acopios y las superficies durante el fenómeno meteorológico para intentar minimizar las emisiones de polvo".

Desde la propia Autoridad Portuaria garantizan que "intensificarán" las medidas y explican que "el carbón no se levanta de las pilas, que se riegan, sino de las zonas donde las hubo y en las que queda polvo en el suelo". Sin embargo, material audiovisual registrado ayer durante la formación de la nube evidencia que el carbón procedía, al menos, de algunas pilas situadas en terrenos adyacentes a EBHISA.

Si bien, trabajadores de la zona portuaria desmienten la versión de los gestores de El Musel y aseguran que "el carbón hay que regarlo para que el polvo coja peso y no vuele, y eso no se está haciendo bien; es indignante".

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