En el entorno de la plazuela de San Miguel aguarda un establecimiento de premio. Una zapatería que cuenta con una zona de juegos infantiles y con gran iluminación, al que la Unión de Comerciantes decidió distinguir hace días, aprovechando su día en la Feria Internacional de Muestras de Asturias, con el premio a la Innovación del Comercio en su edición número catorce. La asociación justificó la elección de "Baloo Calzado Infantil", "por la clara visión del público objetivo del comercio, que orientó tanto el diseño de la tienda, así como las actividades dirigidas al público infantil que hacen a este tipo de público prescriptor de sus productos. Además de por el esfuerzo en la venta y promoción online y en la oferta diferenciada de calzados a la carta en colaboración con fabricantes nacionales".

Su dueña, Raquel Camporro (Gijón, 1981), aún sigue sorprendida por la concesión del galardón. "La verdad es que no me lo esperaba para nada. Consideramos que estamos haciendo las cosas bien, de hecho hace un mes estuvo aquí una chica de la Cámara de Comercio y nos dijo que éramos un ejemplo, pero no, no nos lo esperábamos. Es una satisfacción y un orgullo", declara.

La empresaria, no es nueva en este mundo: "Antes de fundar Baloo, trabajé durante siete años en el mundo de la moda infantil desempeñando varios cargos: encargada de tienda, responsable de zona norte y de gestión de aperturas", explica. Experiencia que resultó clave a la hora de apostar por su propio proyecto en el año 2008, cuando estalló la crisis.

"Precisamente fueron las clientas que recibía las que me dieron la idea. Siempre me preguntaban dónde podían comprar zapatos para niños y yo les hablaba siempre de la misma tienda en Gijón. Ahí empecé a pensar en abrir un negocio propio que cubriera las necesidades que demandaban los clientes. Finalmente, me lancé con toda la ilusión del mundo", relata. "Hemos trabajado mucho y los comienzos no fueron nada fáciles. Erámos una empresa nueva, y como tal tuvimos que buscar nuevas marcas. Nos desplazamos a Milán, a Madrid y a la cuna del calzado de piel de calidad en España, Villena (Alicante). Allí conocimos cómo fabrican los zapatos y entendimos los costes y diferencias entre un buen zapato y otro que no lo es. Sabíamos que durante los dos o tres primeros años íbamos a tener pérdidas y de ahí partimos", reconoció la empresaria.

Sobre el éxito cosechado por la zapatería, Camporro no duda: "Lo más importante es preocuparse por las necesidades de los clientes y tener los pies en el suelo. Nosotros estamos pendientes de ellos desde que salen hasta que entran. Tratamos de facilitárselo todo. Si no tenemos el zapato que les gusta, intentamos hacérselo o buscárselo. Además, trabajamos con muy buenas pieles y con fabricantes de prestigio. Apostamos por la más alta calidad. Eso ayuda mucho a que el cliente quede satisfecho y, por consiguiente vuelva".

En referencia a la venta online, uno de los puntos fuertes del establecimiento, su titular habla con contundencia: "Era algo que había que hacer. Teníamos demandas masivas a través de las redes sociales y hace dos años creamos el servicio de venta a través de internet. Es comodísimo para el cliente, ya que pueden mirar el catálogo desde el móvil, comparar precios, productos, comprar y venir a buscar lo adquirido en una semana, etc. Además nos otorga una gran ventaja competitiva respecto a otras empresas del sector. Da mucho trabajo, pero tiene su recompensa", mantiene.

La comerciante asturiana tuvo palabras de agradecimiento para Iris Valdés, su compañera de fatigas. "Lleva seis años aquí y la verdad que le debo mucho. Su labor es impresionante", destaca. También se refirió a su familia "que siempre me ha apoyado un montón" y cómo no, a los clientes, ya que "sin ellos esto no sería posible".

Camporro subraya que "aunque están creciendo mucho", motivo por el que la tienda "se les va quedando pequeña", y sin cerrar las puertas a expandirse ni a crecer, de momento no piensa moverse de su local en Gijón, en el que los niños son la estrella.