Más multitudinaria que nunca, la manifestación antitaurina convocada por la Asociación Nacional Animales con Derechos y en Libertad (Anadel) llenó de ruido y abucheos ayer, día grande de las fiestas de Begoña, el exterior de la plaza de toros de El Bibio. En el interior, unos 4.500 aficionados (media plaza) presenciaron una corrida con morlacos de Adolfo Martín. Fuera, más de un millar de manifestantes -1.600 según los organizadores- lucieron pancartas pidiendo la abolición de la tauromaquia o con lemas como "¡Gozar con la muerte!" o "Quieres sangre, pues córtate las venas". Asimismo, reclamaron la dimisión de la Alcaldesa, Carmen Moriyón (Foro), aficionada a los toros.

El Cuerpo Nacional de Policía desplegó un fuerte dispositivo de control para evitar, mediante el vallado del exterior del coso, que se mezclasen aficionados con manifestantes. No les faltaba razón, vistos los momentos de tensión que, sin llegar la sangre al río, salpicaron la jornada de protesta en los prolegómenos del festejo taurino. Hubo reproches entre ambos sectores y, no en pocos momentos, insultos y provocaciones. Algunos llegaron a encararse, pero la rápida intervención policial impidió que los altercados fuesen más allá.

Sí tuvieron que realizar los agentes de policía al menos una identificación, tras detener a un manifestante que, después de saltarse el vallado de seguridad, se aferró a la verja situada a modo de adorno frente a la puerta principal del coso. Se negó a identificarse tras requerírselo repetidamente los agentes y después de discutir y un forcejeo, le pusieron los grilletes para llevárselo al interior de la plaza. También tuvo que separar la Policía a algún aficionado taurino que se acercó a los manifestantes para recriminarles sus actitud. Tuvieron más trabajo de lo normal al registrar la protesta una sorprendente afluencia de simpatizantes con la causa animalista.

De hecho, según aclararon desde Anadel, la manifestación fue "más numerosa que nunca". A ellos se sumaron otros colectivos afines, como el Partido Animalista (PACMA) o Mundovivo.org. Así como militantes de IU y de Xixón Sí Puede (Podemos y Equo).

No faltó el colectivo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales), que se dejó notar con un buen número de banderas arcoíris. De hecho, Xega ("Xente Gai Astur") apoyó la protesta,máxime tras la polémica generada por las declaraciones del empresario de la plaza de El Bibio que, en contestación a las críticas animalistas por la difusión de la tauromaquia entre menores, aseguró que "la fiesta del Orgullo Gay sí que hace daño a la vista de los niños".

Hubo cánticos de toda clase. "La tortura no es cultura", "Este pueblo es antitaurino" o "Tenéis las manos manchadas de sangre", rezaban los más sencillos. Algunos sectores subieron la agresividad de los lemas tras cantar "Fran Rivera no nos da pena", en referencia al diestro gravemente herido por una cornada hace unos días, o "No estamos todos falta Paquirri", en mención al padre del propio Fran Rivera, fallecido en la plaza de toros de Pozoblanco (Córdoba) en 1983.

Los momentos más tensos se vivieron a medida que los abonados y aficionados a la feria taurina de Begoña llegaban al coso. La zona más caliente, las puertas de los tendidos de sol. El sonido de silbatos, bocinas y cacerolas era, por momentos, estruendoso.

Se sucedían algunos calificativos propinados desde los manifestantes hacia los seguidores taurinos. Los más repetidos, "asesino", "ignorante", "paleto" o "facha". Los protaurinos reaccionaban de forma diferente. Algunos hacían oídos sordos, otros se sonreían con ironía y hubo quienes emitían provocaciones hacia los manifestantes. De hecho, la Policía reprochó su actitud a más de uno, ya fuese porque pasaba delante de los animalistas haciendo un corte de manga o porque les lanzaba besos. Incluso a más de uno le dio por ponerse a hacer toreo de salón con sus chaquetas.

Después de recorrer las calles desde la plazuela San Miguel hasta El Bibio y de brindar su particular "paseillo" a los aficionados taurinos, y una vez comenzó la corrida, los manifestantes se juntaron para escuchar el manifiesto preparado por Anadel. "Hace pocos días el matador Francisco Rivera sufrió una grave cogida. ¿Sabéis quiénes son los verdaderos responsables de esa cornada? No es el toro, no, sino los taurinos, los aficionados que con el dinero de sus entradas y de la administración pagan en cada plaza y en cada corrida la tortura segura del toro y la cogida ocasional del torero. Ellos y sólo ellos la hicieron posible", recalcaron en el discurso.

En el mismo, reclamaron que "por justicia, por dignidad, por progreso, por ética, por economía, los asturianos, respaldados por la inmensa mayoría de la sociedad, exigimos el fin de las subvenciones a las corridas de toros en Gijón, a ver si de verdad se pueden mantener por si solas". Ayudas públicas que los defensores de la tauromaquia niegan que reciban los festejos. En cualquier caso, en El Bibio se escenificó la tensión entre dos sectores irreconciliables. El único beneficiado, el vendedor ambulante, que multiplicó sus ventas con compradores de ambos bandos. Las pipas unen a todo el mundo.