Muchos peregrinos afrontan el Camino de Santiago como un reto personal; otros lo hacen para cumplir una promesa. Los hay que asumen el reto andarín por puro placer, por turismo o incluso con ánimo cultural. Y hay quien, como las refugiadas colombianas Ángela Esteban Martínez y Mayerly Garzón, afincadas en Asturias, se echan al camino jacobeo para reclamar la paz en su país, Colombia, asolado por una lucha armada que parece no tener fin.

Las peregrinas, de 27 años Ángela y de 23 años Mayerli, han encontrado refugio en esta región dentro del programa regional de Atención a Víctimas de Violaciones de los Derechos Humanos. Ambas se encuentran amenazadas por la "violencia política" que se vive en su país, según ellas mismas relataban minutos antes de acometer el primer paso de su recorrido compostelano. Ángela Esteban Martínez y Mayerly Garzón pertenecen a la Juventud Comunista y al Congreso de los Pueblos, organizaciones político-sociales que respaldan el diálogo con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y el EPL (Ejército Popular de Liberación). Desde Asturias, estas jóvenes activistas apuestan por un diálogo entre las partes enfrentadas "que no solo dé solución al conflicto armado sino que además dé respuesta a los conflictos sociales y económicos que también representan una manera violenta y mucho más cotidiana y letal que la confrontación armada".

Ángela Esteban es estudiante, miembro de la Juventud Comunista Colombiana y de la Unión Patriótica, además de dirigente de la Asociación Colombiana de Universitarios. Mayerly Garzón es abogada, integrante del Colectivo Soberanía y Naturaleza, miembro del Congreso de los Pueblos, con experiencia en defensa jurídica de las víctimas de las empresas mineras. Ambas han sido amenazadas de muerte por los grupos paramilitares.

"Nuestros pasos esperamos que sean símbolo de los que hoy no pueden expresarse en Colombia; camino de los que silenciaron las balas de la guerra y esperanza para las víctimas de los barrotes en las cárceles colombianas", concluyen antes de su partida.