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ÁLVARO MUÑIZ | Director del área ferial y congresual de la Cámara de Comercio de Gijón

"Ha sido una edición excelente, todos han estado espectacularmente ocupados"

"Después de cuatro años muy malos, la gente se suelta más el corsé, existe alegría; en 2014 empezó a notarse y ahora se corrobora"

Álvaro Muñiz, ayer por la tarde, en el recinto ferial gijonés. MARCOS LEÓN

Álvaro Muñiz Suárez (Gijón, 1953), director de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), presidente del Ateneo Jovellanos y del Club de Empresas de Turismo de Negocios, afirma vivir todos los agostos a la orilla del Piles. Desde esta privilegiada atalaya gijonesa toma el pulso al verano y también a la actividad económica que este año, asegura, ha sido el ejemplo más palpable de la recuperación. Su carácter afable y conciliador le permite superar jornadas maratonianas con actos institucionales, recepciones, presentaciones... Nada de lo que ocurre en el recinto le es ajeno. Pero tanto a lo largo de las dos semanas de Feria como en los 300 días que las instalaciones albergan algún tipo de actividad.

-¿Definitivamente está ha sido la Feria del final de la crisis?

-Las sensaciones que tenemos no es que sean buenas sino que ha sido una feria excelente y eso que cuando empieza el día 1 los expositores vienen y dicen que ha bajado porque la "Semana Grande" es la quincena y nadie está esperando el día 1 a según llega de vacaciones echar a correr al recinto ferial. Pese a que cuando empiezas muy pronto los días 1 siempre son peores, este año todo el mundo estaba espectacularmente ocupado desde el minuto cero.

-¿Qué balance les han trasladado los expositores?

-Aunque en este país nos cuesta decir que nos va bien sí se nota, por las sonrisas de la gente o por lo que sea, que ha ido muy bien. Y eso lo achaco, fundamentalmente, a dos circunstancias: a que hay mucha más gente en Asturias y en Gijón. Otra circunstancia es que después de cuatro años muy malos, no de la feria, pero sí del mercado, entiendo que la gente suelta más el corsé.

-Y los visitantes, ¿cree que han quedado satisfechos?

-Se nota más la necesidad de salir y eso también ha actuado a favor de esta edición pero lo que sí está claro es que existe alegría. El año pasado empezó a notarse y este se corrobora con rotundidad.

-¿La bonanza del sector del automóvil y la construcción son el termómetro de la Feria?

-Ha sido generalizado a todos los sectores. Se habla de la construcción referido fundamentalmente a la rehabilitación porque aquí tenemos desde puertas, ventanas, suelos, techo, viviendas prefabricadas, unifamiliares... Pero la bonanza se extiende a todos los ámbitos, incluso el mueble que era el más reticente, pero no solo por lo que han hecho aquí, que ha sido más, sino por lo que tiene de alegría el mercado. Antes les preguntaban por preguntar y ahora la gente pregunta con intención de compra. El que acertó con un buen producto, sea del sector que sea, le ha ido bien aunque a veces hablemos solo del sector del automóvil, como si solo se vendiesen coches en la Feria. La realidad es que la bonanza y el éxito va más allá.

-¿Es la FIDMA hoy una feria más profesional que en sus inicios?

-La feria sigue siendo igual, una feria de carácter general. Siempre fue mucho más profesional de lo que la gente creyó. Una cosa es que la simpleza de que digamos que esto era la feria del bocadillo pero detrás de una feria del bocadillo lo que siempre hubo es marcas comerciales. La Tila hizo su nombre aquí, no en el Salón del Gourmet. Otra cosa es que la mayor parte de los productos que vienen aquí van buscando el consumidor final. Este año, por ejemplo, el efecto incipiente de las impresoras 3D, ha tenido un éxito rotundo a todos los niveles. Evidentemente la realidad de 1963 no era la misma que la de 2015 ni la cualificación profesional ante los mercados protegidos de entonces es igual a de los competitivos de ahora pero no porque en su esencia fuese el mercadillo de la esquina, esto no es un mercado, es una feria. Lo fue al principio y lo es ahora.

-¿Echan en falta ausencias sonadas como la del Ayuntamiento de Oviedo?

-Yo no echo nunca en falta a nadie que no quiera estar aquí. Me sobran las polémicas. El Ayuntamiento de Oviedo hace unos cuantos años que no está, se le dijo que haríamos todas las gestiones si querían estar pero al mismo tiempo seguimos respetando las decisiones de cada uno. La Feria no es un sitio al que hay que ir sino que es un sitio al que si se está convencido que hay que ir, que vengan y que lo aprovechen. A partir de ahí, el resto es polémica absurda y querer estar en unos reinos de taifas que no nos corresponden.

-En alguna ocasión han pedido prolongar y mimar más a la Feria. ¿Han obtenido respuesta a esa reivindicación?

-Puedo prometer que no nos sentimos mimados, porque no somos mimados, pero tampoco me preocupa. En este momento nadie está para mimar a nadie sino para hacer las cosas lo mejor posible y nosotros seguimos trabajando en la medida de nuestras posibilidades. No vivimos de subvenciones, lo hemos demostrado a lo largo de los años y esa política no la vamos a cambiar pero las cosas hay que sacarlas adelante.

-Son la Feria de Asturias pero está claro que hay una repercusión directa sobre la ciudad. ¿Se entiende eso en el ámbito local?

-Nosotros siempre fuimos valorados y respetados por la ciudad de Gijón y por toda Asturias. Y que no se olvide nadie, visitantes de Gijón son el 25% y del resto de Asturias son el 50%. Si vamos a los números esto no es la Feria de Muestras de Gijón por mucho que alguno quiera decirlo. Somos un recinto exento como El Vaticano, que no es Italia pero está en Italia.

-¿A dónde se va Álvaro Muñiz cuando la Feria baja el telón?

- Tengo un viaje pendiente pero por la Unión Internacional de Ferias. No cojo vacaciones. De hecho, mañana (por hoy), es un día duro. En septiembre y octubre continúa la actividad, y mucha. Esto no se para y las cosas no se organizan de un día para otro.

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