Los hosteleros de Cimadevilla no coinciden con sus compañeros de otras partes de la ciudad. Curiosamente, en el barrio alto, situado en pleno casco antiguo, los hosteleros agrupados que regentan bares -muchos de ellos de ocio nocturno- no están especialmente contentos con el balance de las fiestas. "La Semana Grande ha sido muy floja, como lo está siendo todo el verano en general", afirma Candela Mateos, portavoz de "Cimata Night", entidad que agrupa a una decena de negocios.

El barrio alto, sin embargo, ha vivido unas circunstancias especiales que han levantado, en no pocas ocasiones, las quejas de los hosteleros. Entre ellas, han denunciado un excesivo control policial, así como falta de amplitud de horarios de apertura y terraza.

"Estas fiestas de Begoña no han mejorado con respecto a otros años. Más que nada, por el tema de horarios. Si los conciertos en Poniente acaban a las 12.30 horas y las terrazas hay que quitarlas a las dos. ¿Dónde se sienta la gente? Aunque se vio más vida en las calles, nosotros esperábamos mucho más consumo, y ha sido peor. Si miramos hacia atrás desde hace tres años, las plazas estaban a reventar. Y este año solo había clientes sentados en las mesas y sillas que hay", razona Mateos.

Así, desde "Cimata Night" no aprecian el repunte turístico que supuestamente está teniendo el municipio. No en vano, las previsiones de la Semana Grande eran de, al menos, rozar el lleno de ocupación hotelera. Un sondeo del Ayuntamiento señaló que, únicamente con datos de reservas, para las fiestas había una ocupación del 90% para los días de semana y todavía superior para el fin de semana.