Diversas cantidades de hachís y cocaína, además de dos cajas de zapatos en las que había escondidos varios cogollos de marihuana. Son las incautaciones de droga que hicieron el domingo varios agentes de la Policía Nacional de Gijón en un inmueble de Tremañes, domicilio al que acudieron alertados por el peligro vital que podía estar corriendo una persona. Una vez dentro de la casa detuvieron a dos hombres de 47 y 36 años de edad que supuestamente estaban torturando a un traficante para robarle dinero y estupefacientes. Los funcionarios policiales había acudido a la zona tras recibir la alerta de un vecino que les aseguró estar escuchando los gritos de auxilio de la víctima.

Tras el registro de la casa, los agentes policiales se incautaron además de 1.160 euros en efectivo -un dinero supuestamente proveniente del narcotráfico-, así como de "diversos útiles para el pesaje y la distribución de los estupefacientes". El caso aún no está cerrado. Los investigadores trabajan ahora en la elaboración de un atestado en torno a lo sucedido que será enviado al juzgado de instrucción de guardia que hoy tomará declaración a los tres detenidos y que tendrá que decidir en torno a su futuro más inmediato. Los acusados llevan en los calabozos de la Comisaría de El Natahoyo desde la madrugada del pasado domingo. Fue entonces cuando los agentes se desplazaron hasta la vivienda de Tremañes y se encontraron con el presunto traficante maniatado y con cortes en el rostro y en el cuello provocados por el cuchillo que tenían los agresores.

Los funcionarios también localizaron en el inmueble a los dos ladrones que habían entrado en la vivienda con el objetivo de quitarle el dinero y la droga que se encontraran a su paso. Después de trasladar a la víctima a un centro sanitario para que le atendieran de las lesiones que presentaba -de carácter leve, según informó ayer una portavoz de la Comisaría gijonesa-, los agentes descubrieron que la vivienda del denunciante era "un foco de venta y comercialización de sustancias estupefacientes", por lo que procedieron también al arresto del agredido, sobre el que pesa ahora una acusación por un delito contra la salud pública.

No es la primera vez que los detenidos tienen problemas con la justicia. Desde la Comisaría de El Natahoyo indicaban ayer que los tres protagonistas de esta truculenta historia cuentan con multitud de antecedentes penales por otros delitos cometidos en el pasado. Los investigadores no descartan que los agresores y el agredido se conocieran de antes y que en un primer momento el herido dejara entrar a sus verdugos en su domicilio de forma voluntaria. Los vecinos no escucharon los gritos de auxilio del gijonés hasta que ya estaba sufriendo las agresiones.