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Una visita llena de recuerdos

Lorenzo Fernández, vallisoletano que estudió en la Universidad Laboral, vuelve a la infancia al recorrer la exposición "Memoria" sobre el pasado del centro educativo gijonés

Lorenzo Fernández Temprano, en la muestra. G. T.

Se llama Lorenzo Fernández Temprano, es vallisoletano y es ingeniero mecánico jubilado. Pero sobre todo se considera antiguo alumno de la Universidad Laboral de Gijón, en la que entró en 1962 con catorce años para estudiar la oficialía en ingeniería en la especialidad de fresador, tras haber previamente en la laboral de Córdoba. Allí estuvo hasta los diecinueve años, cuando se marchó a estudiar de nuevo a su ciudad, Valladolid, la carrera universitaria de ingeniería mecánica para después dedicarse durante décadas a esta profesión trabajando en empresas como Renault.

De visita en Gijón durante el verano para ver a su nieta, en su ruta asturiana había una parada obligada: la Laboral, su antiguo centro escolar. Y allí encontró la exposición que desgrana toda la vida formativa que llegó a tener el emblemático centro. "Me llamó la atención porque aquí pasé parte de mi vida aprendiendo y creo que es muy bonito recordar lo que esto ha sido", contó el visitante

Ya han pasado muchos años desde que entró en una escuela donde también estudió su hermano, "el mejor alumno de su promoción", recordó Fernández. "Muchos de los que veníamos aquí éramos hijos de obreros que luego acabámos nuestros estudios fuera", declaró este jubilado.

En la iglesia de la Laboral, donde está montada la muestra hasta final de mes, se pueden apreciar distintas reliquias del pasado educativo como pupitres, mesas de escritorio para los ingenieros e incluso algunas de las camas donde durmieron miles de niños. Y a Lorenzo Fernández, como a todos los antiguos alumnos que desde finales de junio están pasando por la muestra, se le despertaron los recuerdos: "En una como esas dormí yo", explicó Fernández, mientras señalaba una de las camas individuales. "Los tres primeros años dormíamos en una habitación con más niños, pero después ya teníamos camas individuales".

Unos metros más allá hay antiguas máquinas de mecanografía y la teleoperadora gracias a la cual hablaban los alumnos con familiares lejanos. Porque la Universidad Laboral fue, durante décadas, un lugar en el que una formación plena era el objetivo para crear profesionales con un futuro prometedor. "Había que salir adelante en una época difícil y muchos de los que veníamos aquí éramos hijos de obreros que metían a sus niños aquí para que nos pudiesen mantener y que en un futuro pudieran ser alguien gracias a la Universidad Laboral. Aprendíamos de todo y al final salías con una gran cultura. Yo me especialicé en una rama concreta y tengo gran recuerdo de los talleres en los que pasaba horas con la fresadora. Después nos ponían la nota correspondiente", añadió Fernández mientras observa una foto antigua del taller.

También tiene un grato recuerdo del personal que estaba en la Laboral y que no eran docentes. "Recuerdo a las monjas de las Siervas de Jesús, que hacían muchas labores, limpiaban, estaban en la enfermería. Las otras que había eran las clarisas. También de los jesuitas, con sus ceremonias que eran impresionantes", apuntaba mientras observaba una de las típicas mesas de comedor, con mantel de rayas rojas y blancas, preparada como siempre estaba a la hora de la comida.

Pero en la Laboral también había tiempo para el ocio. "La piscina nos parecía immensa y todos los niños disfrutabamos bañándonos. También estaba el campo de fútbol, que se estrenó en un partido de rugby entre el Salvador de Valladolid contra el Revillagigedo", contó el interesado.

Lo que no recordaba con gran anhelo son las clases de gimnasia en las que tenían que saltar al potro. "Saltar uno de estos -y señala uno incluído en la muestra- era casi imposible y a todos nos costaba mucho, yo creo que nunca llegué a saltarlo porque además podía pasarte algo", afirmó.

Y Lorenzo, como cientos de alumnos cargados de recuerdos, podría seguir desgranando historias que están en la memoria colectivo de los que estudiaron en la Universidad Laboral y que ahora se pueden revivir nítidamente en la exposición "Memoria". "Ya no es lo mismo. Ahora el centro está enfocado a otro tipo de estudios con los campus que están alrededor", sostuvo Fernández.

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