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Identificados dos madrileños por la "estafa del chorizo" en locales hosteleros

La Policía pilló en un bar de Gaspar García Laviana a dos hombres que reclamaban 96,20 euros por un supuesto encargo de tres longanizas

La Policía Nacional de Gijón identificó el pasado lunes a dos vecinos de Madrid que podrían ser los responsables de la conocida como "estafa del chorizo". Los agentes de Delitos Económicos de la Comisaría de El Natahoyo sospechan que los dos acusados timaron a al menos media docena de hosteleros de Gijón y Avilés haciéndose pasar por repartidores y "colándoles" a sus camareros pedidos de embutido que nadie había encargado y que los ahora identificados cobraban a precios desorbitados.

Los dos presuntos estafadores fueron pillados "in fraganti" durante uno de sus intentos de estafa. Los madrileños entraron a primera hora de la tarde del lunes en un bar de la avenida Gaspar García Laviana de Gijón y llevaron a cabo el mismo "modus operandi" que ya habían repetido en numerosas ocasiones anteriores con otros hosteleros. Le dijeron a la camarera, que en esos momentos se encontraba sola frente al negocio, que tenían que entregar un pedido de chorizos que había encargado su jefe. Dejaron el género en el establecimiento y le pidieron a la empleada que les pagara exactamente la misma cantidad que ya habían solicitado al resto de estafados: 96,20 euros que la mujer tuvo que pagar en efectivo.

La trabajadora del local abonó el encargo y después llamó a la encargada de cocina para verificar la veracidad del pedido. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba ante un fraude y pidió a los dos supuestos repartidores que se quedaran en el establecimiento. Los agentes que se personaron en el lugar del suceso identificaron a los presuntos estafadores. Ahora los funcionarios tratan de comprobar si estos madrileños están detrás del resto de sucesos similares.

La "estafa del chorizo" la destapó la pasada semana la dueña de una conocida cervecería situada en la calle Begoña. La hostelera acudió a Comisaría para denunciar que a una empleada suya le habían "colado" un pedido falso de tres chorizos por el que había pagado 96,20 euros. Los estafadores le entregaron a la empleada un albarán en el que no estaba indicada ni la empresa firmante ni ninguna otra referencia más allá del precio abonado. No fue la única empleada que cayó en la trampa. En una cafetería del Parchís también se sufrió la misma estafa, aunque el dueño decidió no denunciar los hechos en la Policía. "Le dijo a mi camarero que había hecho yo el encargo y dio mi nombre. Se conoce muy bien la hostelería local porque acudió a mi cafetería en las dos horas al día que sabía que yo no estaba", recalcó el dueño del establecimiento.

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