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LUIS PIÑERA | Lagarero, premio "Tonel de Oro" de la Fiesta de la Sidra Natural

De sidrero a tertuliano

Los amigos destacan el carácter afable de Luis Piñera, a quien toda una vida entre manzanas y toneles le ha valido el reconocimiento del sector

De sidrero a tertuliano

Los primeros recuerdos de Luis Piñera van unidos a la sidra, al llagar, a la manzana y todo su proceso. Un mundo al que ha dedicado su vida y que mañana le valdrá un cálido homenaje dentro del XXIV Fiesta de la Sidra Natural, que ha querido distinguir en esta ocasión al propietario del lagar Sidra Piñera con el "Tonel de Oro" 2015.

Será un broche magnífico para toda una vida unida al aroma a magalla que sus amigos recuerdan muy bien. "Siempre íbamos al lagar a ayudar a mayar, ya cuando el negocio era de su padre y de su abuelo", recuerdan los allegados de la juventud. Los mismos que no dudan en calificar a Luis Piñera como "un buen chaval, siempre atento y buen conversador".

Al tirón del lagar entre los amigos, donde "siempre caía algo de buena sidra", y donde fueron famosas las pitanzas a base de fabada y bacalao preparadas por la abuela para premiar a los ayudantes, se une también el recuerdo de "aquellos años cuando éramos jóvenes en la que no nos quedaba fiesta de prau por visitar". Porque "nos gustaba la sidra y también les muyeres". Una afición que Luis siempre compartió con los amigos, a pesar de que "el lagar ha sido siempre su vida".

Poco futbolero, sus gustos han estado siempre enfocados al mundo del campo. Porque otra de sus grandes pasiones han sido las vacas, la ganadería, hacia la que enfocó sus pasos de forma casi profesional cuando inició sus estudios en el Instituto de Luces. Allí se formó como capataz de ganadería, y desde entonces combinó la elaboración de sidra con la cría de ganado, aunque a un nivel más aficionado. "Le encantan las vacas, todo lo que esté relacionado con el campo y aún conserva algunas aunque lo suyo sea la sidra", resumen los suyos.

Los mismos que lo definen como "afable, simpático y muy cercano". No en vano, en su llagar se celebran desde hace años célebres tertulias de amigos, con peña incluida, en las que se habla de todo un poco, pero especialmente del mundo de la sidra. Un universo que aprendió a amar desde pequeño, siempre en Deva, en la casa familiar convertida en negocio y en la que sigue viviendo con su mujer, María del Carmen Trabanco. Él fue el único de cuatro hermanos (tiene además un hermano y dos hermanas) que quiso dedicarse al mundo de la sidra, iniciado por su abuelo Ernesto Piñera.

El abuelo puso en marcha el llagar familiar a principios de 1900. En el año 1928 pasó a manos de su hijo José Piñera quien inició la comercialización profesional de la sidra. En 1981 Luis Piñera asumió la gerencia del negocio, en el que se ha encargado de la modernización y expansión del llagar, y en el que sigue trabajando ya con la colaboración de su hijo, José Luis.

Son sus descendientes, con su hijo, su hija Carmen María y sus tres nietos los que hacen prever un futuro para el llagar, ubicado en el mismo emplazamiento de Deva que vio nacer a Luis Piñera. Un entorno que conoce a la perfección, en el que conserva a sus mejores amigos y en el que, como señalan los más cercanos al llagarero, "es feliz con lo que hace desde hace tantos años".

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