"Pedimos que este faro vuelva a brillar de nuevo, y que esa estrella de los mares no se oculte ni eclipse en nuestros cielos". Recordando que la capilla de La Guía "ha tenido en el imaginario de la villa marinera de Gijón un referente como un faro", el arzobispo Jesús Sanz Montes pidió durante la consagración de la pequeña iglesia de este barrio de la ciudad que vuelva a tener la misma identidad que en sus orígenes. "Queremos propiciar un espacio para el encuentro", indicó el arzobispo en su homilía.

Más de tres años después del inicio de las obras, y de numerosos donativos que han hecho posible hacer realidad el ansiado objetivo de la asociación de vecinos, la capilla de La Guía ya está terminada y bautizada. "Es un día de acción de gracias porque al fin vemos rehabilitada la construcción de su casa", indicó Paulino Tuñón, presidente vecinal, en alusión a la Virgen de la Guía. "Y pedimos perdón a quienes fruto de un momento de ofuscación cometieron la torpeza de derribar esta casa", añadió al inicio de la misa celebrada ayer.

Jesús Sanz Montes dirigió el oficio acompañado de su secretario, Manuel Alonso Martín; el vicario Adolfo Mariño, y los sacerdotes Luis Muiña, párroco de Somió; Fernando Fueyo, párroco de San Nicolás de Bari; José Juan Hernández, párroco de Viesques; y José Antonio López, capellán de las Hermanitas de Somió.

El acto comenzó con una hora de retraso sobre el horario previsto, pero no por ello dejó de ser una eucaristía lucida. Entre los asistentes y participantes estuvieron el Coro Manín de Lastres, la Junta de Gobierno de las Madres San José de las Montañas -con religiosas de Asturias, País Vasco y Valencia-, el concejal Manuel Arrieta en representación del Ayuntamiento de Gijón, o el Comandante de Marina, Fernando Brinquis Crespo.

El arzobispo de la diócesis también hizo referencia a la Casa de Acogida de La Guía, que está situada junto a la capilla, destacando que gracias a este espacio "cuántas mujeres no han tenido que lamentar su abandono y soledad" y añadió en referencia a la Virgen y a la labor que hacen las religiosas de este centro: "Guíanos con tu guía".

La primera piedra del templo fue puesta en septiembre de 2011, pero la construcción en sí no comenzó hasta enero de 2012. Desde entonces el colectivo vecinal inició un camino que ha avanzado al ritmo que le permiten las donaciones. La patrona del barrio, la Virgen de la Guía, regresa a su casa tras el exilio a la parroquia de San Julián de Somió, después de que la capilla originaria fuese destruida durante la Guerra Civil. Un templo que se sitúa otra vez a escasos metros de su emplazamiento antiguo, donde estuvo durante más de tres siglos hasta su desaparición.

"Ha quedado muy fina y delicada. Es una capilla muy guapina", valoró el sacerdote Fernando Fueyo. La sensación general de los asistentes fue de satisfacción con el nuevo templo y de alegría por ver recuperada una de las señas de identidad de La Guía, que les fue arrebatada a sus vecinos hace ocho décadas. Ahora por fin disfrutarán de un templo que se sitúa a escasos metros de su lugar original, donde ahora se encuentra una plaza. "Hoy habilitamos un nuevo lugar para el culto, y para muchos años", destacó Paulino Tuñón, presidente de una asociación vecinal que con su esfuerzo y aportaciones ha conseguido recuperar la ansiada capilla.