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Citas literarias a ciegas

Un grupo de invidentes se reúne una vez a la semana para disfrutar de la lectura de grandes obras de la narrativa universal con audiolibros y sistema braille

Citas literarias a ciegas

Una vez a la semana -y así van ya tres años-, entre diez y quince ciegos se reúnen en Gijón para leer grandes títulos de la historia de la literatura en la sede de la ONCE. La mecánica es sencilla: la misma que en un club de lectura. Primero leen la obra, con un audiolibro de la biblioteca digital de la ONCE integrada por 45.000 ejemplares, y después la analizan. Esta semana el profesor y crítico literario Francisco García Pérez, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, les ayudó a desentrañar El Quijote.

Han sido casi 38 horas de lectura con el audiolibro en un recorrido que se inició, literariamente, "en un lugar de La Mancha". "Aprendemos y nos esforzamos a leer", señala Fernando Sánchez-Guijo, presidente de la Organización Nacional de Ciegos en Gijón. El ahorro de tiempo es considerable, ya que con el sistema braille hubieran tenido que utilizar hasta 17 tomos, con un total de 2.647 páginas.

La actividad se puso en marcha hace tres años y cuenta con grupos en Gijón y Oviedo. En este tiempo ya han disfrutado de la lectura y el comentario de una veintena de obras, a una media de diez por año. "Aparte de facilitar la lectura se comentan cosas y se entra en un círculo social", explica Javier Villa, uno de los participantes. "Facilita contactos y contribuye a una labor especial aparte de la de disfrutar", incide Villa. José Luis Iglesias se quedó ciego con ocho años y es un enamorado de la lectura. "Soy clariniano", reconoce. Esta semana fue el encargado de presentar a Francisco García Pérez, al que había invitado previamente.

Al frente del club, como voluntaria, Belén Lastra se encarga de la coordinación. "La ventaja es que contamos con 45.000 ejemplares, mientras que otros clubes de lectura tienen que ver ee qué ejemplares tienen suficientes copias. En el momento que el audiolibro está grabado ya lo podemos utilizar. Pero nuestro inconveniente es que se tarda unos meses en grabarlo", explica. Aún así disfrutan y viven las obras con la máxima intensidad. "Hemos leído El Gran Gatsby y otras obras cumbres. Además estuvimos con Leonardo Padura esta semana y en la Semana Negra charlamos con Juan Madrid", recuerda. Como anécdota apunta la discusión en torno a "Madame Bovary": "A algunos les parecía la séptima maravilla y otros la odiaban".

Cada miércoles, este grupo de personas, que no quieren ser llamados "invidentes, porque es lo contrario de videntes", dice uno de ellos con humor, hacen de la lectura un ejercicio saludable. Aunque no salte a la vista.

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