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Integración desintegrada

Tres familias de alumnas con necesidades especiales denuncian que el Principado no les da alternativas para cursar módulos útiles para su futuro

"Hablan de integración, pero para la administración no somos más que un número, un expediente". La joven gijonesa Patricia Terrones, afectada por una parálisis cerebral, lo tiene claro: "nos quieren despachar de cualquier manera".

La chica, que acaba de terminar la ESO en el IES Doña Jimena, se ha topado de bruces con una muralla cuando pretendía continuar formándose, al intentar acceder a un módulo de Servicios Administrativos en el IES Mata Jove. Como ella, otras dos jóvenes con síndrome Down, Llara Menéndez y Alba Díaz han visto frustradas sus esperanzas de futuro al quedar sin plaza en dicho módulo y sin más alternativas.

Porque, tal y como denuncia Pilar Chicharro, madre de Patricia, la única opción que les han dado tras quedar sin plaza en el Mata Jove es "un módulo en el IES Número 1 de Informática de Oficina". Un curso que "no se adapta a las capacidades de estas alumnas, incapaces de manipular y de hacer ciertos trabajos" y que tampoco les ofrece una alternativa con vistas a un futuro laboral, porque "nunca van a dedicarse a montar equipos informáticos; lo que ellas buscan es una formación en campos más adecuados", como el que les ofrecerían los servicios administrativos, lamentan los padres.

La desesperación de las familias se produce además después de que "nos hayan tenido engañados", toda vez que "en el IES Mata Jove sabían desde junio que diez alumnos optarían a plazas para necesidades especiales", apunta Javier Menéndez, otro de los padres. Y "fuimos a hacer la inscripción hace unas semanas cuando ya sabían perfectamente que no había plazas suficientes para nosotros", aseguran.

Las familias denuncian que detrás de la decisión de dejar fuera del Mata Jove a sus hijos puede estar la necesidad de adaptar el baño y crear una rampa para que Patricia Terrones pudiera desenvolverse con su silla de ruedas. La única alternativa es la de acudir al IES Número 1 para "hacer un módulo que ni les gusta ni les sirve para nada, más lejos de casa y con la imposibilidad de que puedan ir en autobús", denuncian las familias. Y para colmo de males, "en turno de tarde, cuando las chicas tienen que hacer sus terapias".

"Al Principado se le llena la boca elaborando planes de actuación para las personas con discapacidad, asegurando que desarrollarán planes de estudio flexibles, con dotación de profesorado y con especial atención a las mujeres con discapacidad", lamenta Javier Menéndez, cuando "es todo una falsedad". Y "encima con mentiras, porque la Consejería dice que sólo somos dos familias las que no aceptamos la alternativa que nos proponen cuando somos al menos tres los perjudicados, y nos tememos que seamos más", señala Pilar Terrones.

Las familias aseguran que "no nos quedaremos de brazos cruzados", porque "llevamos demasiados años luchando por la integración para rendirnos ahora". Y, como advierten, "nuestros hijos son mucho más que un número".

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