Agentes de la Policía Nacional asistieron a un vecino de Gijón de 60 años de edad que había sufrido un ictus mientras conducía su vehículo. En el día de ayer a las 17.40 horas cuando los policías circulaban por la calle poeta Alfonso Camín de Gijón observaron a la altura de la calle Joaquín Solís un vehículo que entorpecía el tráfico con el motor arrancado y extrañamente acelerado.

Una vez que se aproximaron para comprobar esta anomalía, descubrieron que su conductor, que estaba con el cinturón puesto, tenía los ojos cerrados y estaba sufriendo espasmos. Ante la urgencia de la asistencia, fracturaron una de las ventanillas traseras para poder acceder al interior dado que el coche tenía bloqueadas las puertas.

Los agentes, con la ayuda de un viandante, tumbaron al conductor en el suelo en la posición lateral de seguridad mientras le mantenían las vías respiratorias abiertas para evitar que se ahogase con su propia lengua o fluidos. También intentaron tranquilizarle, mantenerle consciente con preguntas sobre su identidad y familia y evitar que perdiese el conocimiento a la espera de la llegada de los servicios médicos.

Los sanitarios que acudieron al lugar procedieron a su traslado al Hospital de Cabueñes donde los facultativos del Servicio de Urgencias confirmaron que esta persona había sufrido un ictus y su rápida asistencia había evitado un fatal desenlace .

Este servicio de carácter humanitario fue realizado por agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Brigada de la Policía Judicial que contaron con el apoyo de efectivos de la Unidad de Prevención y Respuesta de la Comisaría de Gijón para la asistencia del enfermo y la coordinación del tráfico y transeúntes.