Hace 30 años que Mounir Fayad llegó a España pero, a pesar de llevar todo este tiempo fuera de su tierra, parte de la atención de este médico no ha dejado de estar nunca en Arabia Saudí, el país en el que reside gran parte de su familia y cuyos jueces condenaron a pena de muerte hace apenas unos días a su hermano Ashraf, acusado de promover el ateísmo. La sentencia está recurrida pero desde su puesto de anestesista en el Hospital de Cabueñes Fayad vive con preocupación la espera hasta que los tribunales de su país decidan finalmente qué hacer con su hermano.

Palestino de nacimiento, este vecino de Gijón salió de Arabia Saudí en 1985. Quería ser médico y estudiar en España le pareció una buena idea. "La facultad de medicina de la Universidad de Oviedo tenía mucho prestigio y el poder adquisitivo del país no era tan alto como ahora, podía afrontar venir a estudiar aquí sin problema", relata Fayad echando la vista atrás. Desde que llegó a Asturias el médico no ha perdido el contacto con su familia. Hace dos años, de hecho, visitó junto a sus padres a varios primos y tíos que aún residen en Palestina. Poco después, el 1 de enero de 2014, le llegó la noticia del arresto de su hermano. Las autoridades saudís le detuvieron mientras veía por la televisión un partido de fútbol europeo en una cafetería.

Ashraf Fayad, artista y poeta de profesión, tenía en su teléfono móvil fotos y contactos de modelos con las que trabajaba. Algo que, a juicio de la policía encargada de la "promoción de la moral y rechazo del vicio" iba en contra de las leyes islámicas y promovía el ateísmo. Además, la corte de la ciudad de Abha, en el suroeste del país, le condenó por publicar poemas en los que según ellos insultaba a su dios y al profeta del Islam. El primer tribunal que juzgó el caso condenó al hermano del anestesista de Cabueñes a cuatro años de prisión y 800 latigazos. La familia no estaba de acuerdo con el dictamen y recurrió. La segunda condena fue peor. Los jueces cambiaron la acusación y dictaron la pena de muerte. Un fallo que aún no es firme y que la familia ya ha vuelto a recurrir ante el penúltimo tribunal al que pueden acceder. El médico palestino no pierde la esperanza pero sabe que el proceso será largo.

"Para que resolvieran el primer recurso tuvimos que esperar un año y medio y ahora puede que esta nueva sentencia tarde otro tanto", relata. Fayad no quiere valorar la situación del país ni perjudicar en la lejanía a su hermano. Hace pública la historia para que se conozca, pero prefiere ser cauto y esperar acontecimientos.

"Cuando yo me mudé a Arabia Saudí era todavía un chico y mi padre había encontrado allí trabajo como profesor", afirma el anestesista haciendo hincapié en que durante todos estos años nadie de su familia tuvo ningún problema con las autoridades ni con la policía religiosa. La detención de su hermano el día de Año Nuevo de 2014 fue, de hecho, el primer "gran susto" al que tuvo que hacer frente esta familia. Por el momento la familia Fayad ya cuenta con la ayuda de la red Árabe para los Derechos Humanos. "Rechazamos los tribunales de inquisición de los delitos de la conciencia. Rechazamos que comparezca en una corte un ser humano por su grado de religiosidad", subraya esta organización.