Uno de los corredores que participaba en la carrera de "San Silvestre" que se celebró la tarde del pasado jueves por las calles de Gijón sufrió un síncope durante la prueba, con gran alarma para todos los que contemplaban o formaban parte del espectáculo deportivo y lúdico con el que tradicionalmente se cierra el año. El hombre, que cayó desplomado en las inmediaciones de la zona de El Náutico, tuvo que ser atendido por los servicios de emergencias médicas que se desplazaron hasta la zona y que le llevaron hasta un centro hospitalario de la ciudad, en donde le realizaron varias pruebas para comprobar su estado de salud. Fuentes médicas cercanas al caso aseguran que el corredor se encontraba ya estable a las pocas horas del suceso, y así se lo comunicaron también a los organizadores de la cita que se interesaron por el estado del deportista.

Pero el susto había sido grande. Y así lo reconocían las primeras personas que atendieron al herido. Uno de los primeros fue Daniel Álvarez, ya que se encontraba a su lado en la carrera. Ayer contaba como fue testigo de "como se desplomaba" el hombre que corría a su lado, al que ya desde poco antes se veía "muy fatigado y pasándolo mal", indicó. El gijonés, que acudió a la prueba acompañado de su mujer y su hijo, estuvo asistiendo al afectado hasta que llegaron los servicios de emergencias médicas.

La gran cantidad de participantes con la que contó este año la prueba -que superó los 4.000 inscritos en la carrera absoluta en la que participaba el hombre que cayó desplomado, y algunos miles más que corrían sin dorsal-, hizo que el suceso fuera ampliamente comentado lo mismo entre los deportistas que entre el numeroso público congregado en la parte final de la carrera.