"Estaba sin camiseta, ido, sólo daba voces. Llevamos golpes por arriba y por abajo. Aquello parecía una película". Los policías que ayer declararon ante el juez de lo penal durante el juicio contra Papagore -el exmilitar de origen senegalés acusado de lesionar a seis agentes que trataban de detenerle en diciembre de 2014-, destacaron en su relato de los hechos la violencia empleada por el procesado, para el que la Fiscalía pide siete años de privación de libertad. Uno de los agentes que tuvo que quedarse de baja como consecuencia de las lesiones aseguró a preguntas de la Fiscalía que sólo pretendía "tranquilizar" al ahora procesado pero que el extranjero "nos insultó, nos llamó racistas y nos dijo que nos iba a matar".

"La acometida fue tan grande que en un momento determinado ya sólo tratábamos de proteger nuestra integridad física", añadió otra agente de las que intervinieron en el caso. La funcionaria llegó a asegurar ante el tribunal que Papagore "me levantó por completo con una sola pierna". Estos testimonios de los agentes valieron a la fiscal para pedir de nuevo la condena del procesado. "Damos toda la credibilidad a lo manifestado por los policías. Todos coinciden en cómo sucedieron los hechos y son rotundos en sus declaraciones", relató la representante del Ministerio Público. La fiscal asegura que la presencia de la Policía en la zona en la que tuvo lugar la agresión se produjo después de que los agentes recibieran una llamada en la que la exnovia del acusado aseguraba que el extranjero estaba "aporreando su puerta" a pesar de que aún estaba vigente entre ambos una orden de alejamiento.

Para la abogada de la defensa, Alejandra Alcoba, los hechos, sin embargo, no parecían tan claros ayer tras el juicio. "Aquí hubo un abuso de autoridad. Ante una simple llamada se desplazaron muchos agentes que fueron a por él", relató la letrada poco después de que uno de los policías explicara que en las inmediaciones de la vivienda de Juan Alvargonzález en donde se produjo el arresto se había desplegado un amplio dispositivo debido a que desde la Comisaría habían alertado de que Papagore era "una persona muy violenta". "Es evidente que estaba alterado. Cualquiera lo estaría. Ya lo habían detenido y absuelto en varias ocasiones. No tenía ánimo de menoscabar la integridad de los policías. Estaba desbordado pero, aún así, las lesiones no fueron de mucha importancia", remató la letrada.

Alcoba defendía así la tesis que había esgrimido durante su declaración el procesado. Papagore aseguró ante el juez de lo penal que recordaba "perfectamente" el día en el que tuvo lugar la detención. "Estaba en Avilés buscando trabajo y me llamó mi expareja para decirme que había llegado a casa una carta para mi así que fui a recogerla después de que mi abogado me dijera que yo no tenía ninguna orden de alejamiento pendiente. Cuando salí de casa me encontré con todos esos policías", relató el acusado. Papagore aseguró que los agentes le rodearon y le tendieron "una trampa". "Me agaché y me pegaron por detrás. Levanté las manos y no hice nada. Me rociaron con gas pimienta. Querían matarme", enfatizó.

En su defensa, el senegalés -que se enfrenta a los delitos de atentado contra agente de la autoridad y lesiones-, aseguró que en el momento de los hechos "pesaba 120 kilos". "Llevo 12 años entrenando cuatro horas diarias, con una mano mía caen de dos en dos", explicó.