El salón de actos del tanatorio gijonés de Cabueñes se quedó pequeño ayer a mediodía para acoger a las decenas de personas que quisieron con su presencia darle el último adiós a Alfredo Vázquez Garzón, el joven de 19 años fallecido la pasada semana después de sufrir un accidente cuando practicaba "snowboard" con su novia en una estación de esquí de Andorra. La madre del joven, Gloria Garzón, puso voz a los sentimientos de los familiares del fallecido. Emocionada, la gijonesa agradeció las muestras de cariño recibidas estos días y pidió que los amigos y conocidos recuerden a Alfredo "todos los días" para que "viva siempre en todos nosotros".

"Era un chico discreto y tímido, además de inteligente", relató Garzón recordando el cariño que profesaban por su hijo tanto su hermano pequeño como sus abuelos y sus sobrinas. En el acto también intervinieron el entrenador del equipo de fútbol en el que jugaba Alfredo y dos de sus amigos. El gijonés, estudiante de Medicina de la Universidad de Oviedo para seguir los pasos de su padre y sus abuelos -todos médicos de profesión- había sido alumno del Instituto Jovellanos. Además practicaba deporte en La Inmaculada.

"Cuando a alguien se le muere un marido se dice que esa persona se ha quedado viuda, si se te mueren los padres te quedas huérfano, pero la desgracia de que se te muera un hijo tan joven es tan horrible que ni tan siquiera tiene una palabra que lo describa", lamentó la madre del chico durante su emotiva intervención pública.