El talento se cultiva desde el pupitre, y no hay edad ni tope mínimo de experiencia para parir una gran idea. Un convencimiento desde el que la Fundación Universidad de Oviedo y la Escuela Politécnica de Ingeniería pusieron en marcha hace menos de un mes el concurso "Tu valor es innovar", y que ayer dio sus frutos en forma de ocho soluciones viables a otros tantos retos empresariales, planteados por seis empresas y resueltos por un total de 36 alumnos que derrochan talento.

El Foro de Empleo de la Universidad fue el marco en el que se celebró la exposición de las propuestas de los estudiantes para resolver los problemas reales a los que se enfrentan las empresas en su día a día, y que han servido para poner de manifiesto "la capacidad de trabajo en equipo, la atención a las líneas de mercado y las competencias en comunicación de los alumnos", destacó el director de la EPI, Juan Carlos Campo, antes de nombrar como ganadores del reto a los alumnos que diseñaron para Hiasa un sistema de iluminación con leds inteligentes, integrados en el quitamientos de las carretereas a través de un sistema de sensores y un código de colores para lanzar advertencias a los conductores, desde avisos de atasco hasta accidentes. Del mismo modo, los alumos plantearon pintar los quitamiedos con pintura fotocatalítica capaz de capturar la polución que generan los coches para descontaminar las carreteras.

Fue el proyecto ganador, pero todos obtuvieron su reconocimiento. Un grupo de alumnos planteó la creación de torres eólicas de 250 metros utilizando espuma de metal, para responder al reto planteado por Arcelor. Otro equipo planteó a CSC una mejora de la comunicación interna con una mejor distribución de los espacios comunes o jornadas de bienvenida para los nuevos empleados, mientras que otros alumnos se aplicaron en el diseño de nuevos cabezales de giro para seguidores solares de un eje, con una propuesta que incluye la utilización de menos piezas y el uso de estructuras de bambú para sustentar las placas solares.

Los encargados de afrontar el reto de Sacyr-Fluor pensaron en la creación de cascos inteligentes para su uso en países de África, con sensores incorporados que controlan la temperatura y las horas de trabajo, mientras que otro equipo planteó, como mejora para proyectos en esta parte del planeta, la utilización de algas de la variedad "espirulina" para reciclar las aguas residuales en las plantas de trabajo, para su uso posterior en regadío o para la generación, a través de las mismas algas, de forrajes y abonos.

Los estudiantes encargados del reto de Saint Gobain diseñaron un programa informático de corte para aprovechar al máximo el vidrio que se utiliza para los parabrisas de los coches, y por último, un equipo propuso para TSK un sistema de limpieza de los espejos de las plantas termosolares de Kuwait basado en cabezales de limpieza electroestática.

Imaginación les sobra; talento también. Y su dedicación tiene el aplauso de las empresas.