"Buenas noches, familiares y amigos". Con la fórmula de siempre, en medio de una ovación, Ismael Serrano saludó a su público amigo de Gijón en el concierto de presentación de su disco "La llamada", que eleva ya a nueve los elepés que el cantautor de Vallecas ha publicado en España desde 1997.

El teatro Jovellanos presentó un lleno aparente, a rebosar el patio de butacas mas quedaron huecos arriba. Un hecho poco frecuente porque el idilio de Serrano con esta ciudad siempre colgaba el "no hay billetes" días antes de su actuación. Quizá se han hecho algo mayores, son gente que ha crecido en paralelo a la carrera de Serrano y, por ende, hubo menos gente joven entre el público. Y menos activo que otras veces.

"El día de la ira", tema de su nuevo trabajo, abrió el repertorio musical donde fue intercalando la nueva cosecha de "La llamada", como "Pequeña bachata mediterránea", con canciones antiguas como "¿Dónde estarás?" o "No estarás sola", pero el público empezó a venirse arriba y a acompañarle en el canto a raíz de su clásico y emblemático "Vértigo".

La percusión latinoamericana llenó de sonidos latinos el concierto. No faltó la batería, los teclados y las dotes interpretativas de Ismael Serrano a la guitarra, española, acústica y eléctrica. Un sonido correcto que se suma a la cuidada iluminación y la utilización de proyecciones con fotografías e imágenes de animación, una puesta en escena que supone una novedad en el proceder del cantautor.

Lo que no pierde es su capacidad educativa en el directo que le lleva a contar historias entre canción y canción; y también a poner en antecedentes al público antes de entornar cada tema. Sin prisa, con dominio de los tiempos y del silencio.