Dejó a sus dos hijos, de 5 y 7 años de edad, solos por la noche en una vivienda en la que dificilmente podría vivir un adulto, dado el acúmulo de basura, desperdicios e inmundicia que había en la casa. La alerta de un vecino posibilitó que agentes de la policía se hicieran cargo esa noche de los dos niños y ahora la madre de los dos pequeños se enfrenta a la petición de un año de prisión y cuatro de retirada de la patria potestad por un delito de abandono temporal de menores.

El suceso que hoy se dilucidará en la sala del Juzgado de lo Penal número 2 de Gijón, a primera hora de la mañana, ocurrió hace poco menos de un año. La Policía se personó en una vivienda de la calle Ceriñola, en el barrio de El Natahoyo, alarmados por las indicaciones de un vecino que observó de madrugada cómo una niña arrojaba objetos por la ventana de un piso. La propia niña indicó que estaba sola en la vivienda con su hermano pequeño y que su madre había salido.

La Fiscalía, en su escrito de calificación, da por confirmado que en la noche del 2 al 3 de mayo de 2015 la mujer ahora encausada, natural de Logroño y residente desde hace unos años en Asturias, dejó temporalmente, en la casa donde vivía por entonces con una amiga suya, a sus dos hijos, nacidos en 2008 y 2010 respectivamente. Y lo hizo "a pesar de que no había nadie en el piso y de que éste se encontraba en unas condiciones de salubridad penosas, con basura por el suelo", señala el informe oficial. Para empeorar aún más la situación, en la vivienda "había un perro de raza pit bull suelto y sin bozal", relatan desde fiscalía. Tras la intervención policial la consejería de Bienestar Social del Principado se hizo cargo de los dos niños, que quedaron alojados en un centro de protección de menores.

Cuando los agentes de la policía intervinieron en el piso donde estaban los dos pequeños la escena que se encontraron no podía ser más desoladora, según recordaban. Los dos pequeños estaban desnudos y rodeados de restos de comida, basura y excrementos de animal. También había cristales de botellas rotas y montones de envases de plástico y latas oxidadas por cada rincón. El pequeño, en concreto, estaba jugando con la basura echado en el sofá de la sala. La niña mayor relató a los portavoces policiales que no era la primera vez que se quedaban solos por la noche porque su madre salía de casa.

La madre, según los datos que trascendieron hace un año a raiz de la investigación policial, es una mujer que podría tener un problema de adicción a diversas sustancias y que en el momento de los hechos estaba ocupando la casa de una amiga -ambas se conocieron visitando a sus respectivas parejas en la prisión de Villabona-. Tras recibir la alerta fue detenida esa misma noche por haber puesto en riesgo la salud de los niños. Los vecinos del inmueble afirmaban que de la citada vivienda salían "fuertes olores" y en la comunidad existía la certeza de que la vecina, nieta de una antigua residente en el bloque de viviendas, mantenía el domicilio en unas condiciones higiénicas y de salubridad que daban pena y que de ninguna forma podían ser el lugar idóneo para la crianza de unos menores.