La iglesia parroquial de San Julián de Somió acogerá hoy, a las 13.00 horas, la misa funeral por Miguel Álvarez-Requejo Morán, quien fuera director de la fábrica de Aboño, uno de los centros de producción de Cementos Tudela Veguín y un deportista que llegó tarde a la montaña, como él mismo reconocía -empezó a disfrutarla cuando contaba ya 40 años-, pero que con su dedicación se hizo un nombre entre los aficionados y profesionales de este deporte en Asturias.

Miguel Álvarez-Requejo cumplió pasada la edad de jubilación con el hito de subir a los 111 techos más altos de Picos de Europa, una gesta para muchos y un hecho que le convirtió casi en un personaje en el mundillo y un pionero. Durante años tuvo la costumbre de dejar una nota en cada cumbre que hacía como forma de animar a otros muchos aficionados a entrar en el club de los montañeros atrapados por los picos asturianos. Desde una página web picosdeuropa111.com se pasó tiempo jaleando a escaladores de todo el mundo para que descubriesen la belleza del territorio asturiano, y en una entrevista concedida a este periódico hace diez años reconocía que recibía consultas de todos los puntos del planeta.

Con el montañismo descubrió la escalada y otros deportes relacionados y Miguel Álvarez-Requejo se convirtió, sobre todo, en un impulsor del "deporte en general, aunque sea en la edad madura". Vecino de Somió, casado con Catalina Fernández Álvarez y padre de dos hijos, Catalina e Ibán, la familia recibió ayer testimonios de condolencia en la capilla ardiente instalada en el tanatorio de Cabueñes.