El Consejo de Ministros acordó ayer imponer a ArcelorMittal una multa de un millón de euros y una indemnización de otros 283.335,93 euros por los daños causados por sucesivos vertidos contaminantes al río Aboño, de aguas procedentes de los hornos altos.

El detonante que ha dado lugar a esta sanción por infracción muy grave, fueron las cuatro inspecciones realizadas por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico entre el 21 de julio y el 7 de octubre de 2014, un periodo de 79 días en los que se recogieron muestras con altas concentraciones de cianuro y plomo, cadmio, níquel, zinc y fluoruros, entre otra retahíla de contaminantes. En algunas de las muestras de agua del río tomadas junto al punto de vertido, se hallaron concentraciones de cianuro 21 veces superiores a las permitidas por la normativa ambiental y cuatro veces más plomo del permitido.

Si esas inspecciones fueron las que llevaron a la apertura del expediente sancionador, la cuantía de la multa se debe a la reiteración de expedientes sancionadores abiertos por la Confederación desde el año 2006 y alertas de vertidos desde esa fecha por cuestiones similares. Esos reiterados incumplimientos de la Autorización Ambiental Integrada de la factoría de Veriña llevaron a que la infracción se haya calificado como muy grave y se haya castigado con la cuantía más alta prevista, dado que la horquilla para este tipo de multas va del medio millón al millón de euros.

Por el lugar del vertido, el origen son los hornos altos de ArcelorMittal en Veriña. El agua que se usa en esa instalación, para el enfriamiento del horno o para enfriamiento de escorias, va a una estación depuradora de la propia siderúrgica, en la que se trata ese agua antes de su vertido a la ría de Aboño. Según las fuentes consultadas, el nivel de contaminantes en los vertidos podrían apuntar a purgas de la depuradora.

Con posterioridad a 2014 se han vuelto a producir vertidos. Fuentes de la siderúrgica consideraban ayer que la multa obedecía a unas inspecciones de la Confederación realizadas en 2015, tomando muestras en el cauce de vertidos del colector 8, que es el que recoge las aguas de los hornos altos. La siderúrgica califica de "accidental" esos vertidos, que atribuye a "fugas" de sus circuitos de agua "durante varios días" y que asegura que no se han vuelto a producir al haberse reparado.

La sanción aprobada ayer por el Consejo de Ministros no es definitiva. La multinacional siderúrgica va a interponer un recurso de reposición ante el propio Consejo de Ministros contra la sanción. En el caso de que el Gobierno mantenga su decisión, la siderúrgica va a recurrir a los tribunales, interponiendo un recurso contencioso-administrativo.

Arcelor también considera necesaria la construcción de un colector industrial en la ría de Aboño, obra que no compete a la siderúrgica, afirma.

La multinacional anglo-india también ha recibido recientemente otras sanciones, en este caso por contaminación atmosférica, impuestas por la Consejería de Medio Ambiente del Principado, que impuso tres sanciones de 100.000 euros a la siderúrgica, en especial por polución originada en los sínter (instalaciones en las que se prepara el mineral de hierro antes de enviarlo a los hornos altos). Ante algunos de los requerimientos del Principado para que solucionaran las deficiencias encontradas, la compañía alegó que culminaría esos trabajos en 2017.