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Miguel Javier Rodríguez Gómez | Gerente del Hospital de Cabueñes

"La primera consulta con un especialista debe resolverse como mucho en dos meses"

"En Cabueñes hay un serio problema de equipos obsoletos; en la plantilla hay sensación general de que el proyecto del HUCA perjudicó al hospital"

Miguel Rodríguez, en la plazoleta de acceso al Hospital de Cabueñes. Ángel González

Miguel Rodríguez Gómez (Reinosa, 1964), es desde noviembre el gerente del área sanitaria V (Gijón, Carreño y Villaviciosa), lo que implica responsabilidad sobre la red de centros de Atención Primaria y el Hospital de Cabueñes._Inspector médico del Servicio Cántabro de Salud, donde está su plaza definitiva, llegó a Asturias en mayo de 2013 -entonces ejercía de subdirector médico en el Hospital de Valdecilla- con un cometido fundamental: responsabilizarse de organizar el traslado del HUCA. Ahora le toma el pulso a Gijón y por el momento su encaje en el área está siendo muy bien valorado.

-¿Con qué mandato llega?

¬-Cuando me pidieron que me viniera para al área V el gran proyecto a afrontar era la ampliación de Cabueñes. Luego vas siendo consciente de que eso es sólo una parte de lo que abarca la gerencia, con otros muchos frentes económicos, de organización y de proyectos interesantes y muy diferentes de lo que venía haciendo.

-¿Comparte eso de que la obra de Cabueñes tiene que ser mucho más que una inversión en infraestructuras?

¬-Sí. Cabueñes tiene un problema de espacios evidente, con mil ejemplos dolorosos. Hay sitios donde, en el mismo cubículo, exploramos a tres pacientes a la vez, algo casi inaudito. También tiene un serio problema de equipamientos obsoletos que tenemos que ver cómo abordamos. Y todo eso hay que aprovecharlo para hacer un cambio de modelo de hospital. Potenciando más la parte ambulatoria, que aunque ahora tiene un peso importante, está casi escondida debajo de la hospitalización. Hay que hacer aflorar la parte ambulatoria y dejar que la hospitalización pase, por decirlo de alguna forma, a un segundo término.

-¿Diría que a Cabueñes le pasó factura el gran proyecto del HUCA, en el sentido de que ocultó sus necesidades reales?

-Aquí hay esa sensación generalizada. Yo no sé si es real pero puedo creer que en determinados momentos se hizo vivo ese dicho popular de que "todos los güevos se pusieron en la misma cesta". Por ejemplo, veo claramente que la obsolescencia de los equipos era algo que debía haberse abordado antes y con visión. Porque ahora nos hemos juntado con tal volumen de cosas que hay que cambiar que no es posible hacerlo de inmediato. Porque en sanidad, que no se le olvide a nadie, no hemos superado la crisis.

-¿Qué potencialidades le ve a día de hoy a Cabueñes?

-Este hospital tiene una buena ordenación de procesos y circuitos y eso favorece mucho la actividad asistencial y las relaciones de los equipos. También tiene una enfermería muy potente y muy bien organizada. Además, con respecto al HUCA hay una diferencia en la juventud de la plantilla, y eso es bueno de cara a afrontar con ambición el futuro de un hospital, porque es gente que quiere hacer cosas. Veo campos de actividad y cartera de servicios que sería interesante de explorar y con gente dispuesta a ello. Y estar en medio de la Milla del Conocimiento nos tiene que servir mucho.

-¿Qué juego puede dar la relación con la Universidad y el tejido empresarial vinculado a la ciencia y la tecnología?

-Es un potencial enorme que tiene este hospital y no tienen otros. Ya estamos con algunos proyectos de colaboración concretos que sólo debo apuntar ligeramente. Estamos trabajando en tema de sensores de glucemias para que se puedan leer remotamente, y nos planteamos también cómo ser capaces de producir nuestro material médico. Los expertos ponen la parte técnica y nosotros el conocimiento sanitario. Nos gustaría que salieran adelante cosas interesantes.

-Se ha referido a la plantilla joven y le añado el afán por convocar jefaturas de servicios. ¿La provisionalidad es demasiado alta en Cabueñes?

-Altísima y creo que eso nunca es bueno. Soy de la idea de que un jefe no puede serlo para toda la vida, pero si lo hace bien hay que darle la estabilidad y el reconocimiento que le estimule. En Cabueñes hay un bloque de gente bastante joven y otro importante de veteranos, muchos de los cuales inauguraron el hospital, y que ahora se están jubilando. Hay que aprovechar ese relevo generacional y a mí me gustaría que se incorporaran a las jefaturas gente con prestigio y proyección para que le puedan dar un sentido distinto a sus servicios, con visión a largo plazo. Hemos convocado ya la jefatura de otorrino y cirugía general, estamos a punto de convocar oftalmología, seguirá obstetricia y ginecología, y habrá también que convocar la coordinación de urgencias.

-¿Tanto cambio le va a venir bien al hospital?

-Sin duda. La medicina en los últimos 20 años ha cambiado muchísimo y es ley de vida que con la veteranía haya reticencia a cambios.

-¿Que hay de nuevo en el horizonte de Cabueñes?

-Lo más inmediato es el traslado del hospital de día oncohematológico, que tenía una estructura nada conveniente y era importante dotarla de más espacio para consultas. A eso se añade que los suyos son pacientes que requieren un tratamiento especialmente sensible. Tendrá una nueva ubicación y lo abriremos en breve. Lo ideal sería que ese traslado nos permitiese abordar una mejora en la Reanimación y el área de despertar, pero no sé si podremos.

-¿Qué planes tiene y cómo ve la lista de espera del área?

-Si hablamos de la lista de espera quirúrgica, Gijón no tiene problemas gordos excepto en traumatología. Ahí no cumplimos el objetivo de no tener pacientes de más de seis meses pendientes de operar y además no vamos a ser capaces de cumplirlo nunca si no se afrontan medidas extraordinarias.También digo que el problema de la lista de espera tiene muchos factores y complejos. En Cabueñes hay algún margen de mejora trabajando en el tema de las indicaciones -no es lógico que un médico derive a cirugía 20 pacientes de cada 100 y otro 40 de cada 100 o más- o los rendimientos de quirófano. Pero aún con eso, tener bien controlada la lista de espera es dificilísimo porque la demanda de la gente es muy grande.

-¿Y la demora en consultas?

-Los problemas de demoras de más de 60 días se concentran sólo en tres o cuatro especialidades y hay que ver cómo se aborda, porque ahí sí digo que hay más margen de mejora. Sobre todo hay que dar más prioridad a las primeras consultas y organizar de otra forma las sucesivas.

-¿Y qué me dice de las demoras para acceder a técnicas diagnósticos, como ecografías?

-Reconozco que hay un gran problema con las ecografías, y con eso hay que hacer algo. Con la incorporación de un profesional más en diciembre se ha notado la mejoría y también nos ha beneficiado mucho revisar y depurar mejor los buzones del sistema donde quedaban almacenadas las citas que pedían los especialistas. Pero también aquí creo que es indispensable recurrir a un plan extraordinario de actividad.

-¿Qué puede concretar de esos planes extraordinarios? ¿Recurrirán a peonadas?

-Lo mismo en Trauma que en las técnicas diagnósticas, como decía, sin actividad extraordinaria es difícil que nos podamos comprometer a tener demoras razonables. Y eso no quita que hay que hacer más pedagogía con la población: ni las pruebas las tiene que pedir el paciente, ni en la sanidad pública se puede exigir que se les vea al día siguiente. Respecto a cómo se puede abordar, aún no hay ningún plan definido ni con fecha de inicio, sólo es algo que valoramos. Y en concreto en el caso de la radiología estamos pendientes de que se concrete la propuesta general para Asturias, que no sólo afecta al HUCA sino a las ocho áreas.

-¿Qué le incomoda más de las demoras?

-Lo que me preocupa mucho es la lista de espera en primeras consultas. Me agobia como gerente y me agobiaría más como facultativo. Porque tener a un paciente pendiente de saber lo que tiene es complejo y entraña riesgo. Eso nos ha llevado a pedir a todos los servicios del hospital, en el pacto de objetivos para este año, que las primeras consultas deben resolverse como mucho en dos meses. No me canso de decirlo, hay que ser capaces de dar cita en esas ocho semanas. Porque en ese plazo, aunque estemos frente a un cáncer, el pronóstico no cambia sustancialmente. Pero si la lista de espera para el primer diagnóstico es mucho mayor, cuando acabas con las pruebas necesarias igual te has puesto en un año de retraso y ahí todo cambia. Para ser honestos, el problema sólo lo tenemos en tres o cuatro servicios, en la mayoría el nivel de resolución es rápido.

-El reciente concurso de traslados de enfermería ha demostrado que los profesionales veteranos huyen del hospital para buscar refugio en Primaria. ¿Cómo lo ve?

-Si yo soy enfermero de hospital y trabajo a turnos, fines de semana, y cobro menos que una enfermera de Primaria, con una cierta edad yo también me iría a un centro de salud. Es lógico. Ahora sí, que nadie que haya marchado a Primaria en este área sueñe con que va a vivir fenomenal. La enfermería de Primaria tiene que pegar un cambio sustancial.

-¿Qué pretenden?

-Van a tener que trabajar sobre todo en dos proyectos que nos interesan mucho: la atención a los crónicos y aumentar la visita domiciliaria. Si la enfermería de Primaria hiciera más visita domiciliarias habría menos consultas en Primaria y menos ingresos en el hospital. Es fundamental que esa labor se vaya afrontando. En concreto en este área hay que aumentar considerablemente las visitas domiciliarias de la enfermería.

-También está pendiente el concurso de traslados de médicos, con casi 50 profesionales afectados en Cabueñes. ¿Generará algún problema?

-En algún caso podemos tener algún problema. Tengo confianza en que no los haya y en que la gente llegue con las pilas puestas. Pero es cierto que en casos de proyectos muy personalizados y liderados por médicos concretos, si se les desplaza o se marchan eso nos genera un problema. Estoy pensando en algún caso de oftalmología, de hematología... Espero que no se nos vayan personas clave.

-¿Cabueñes tiene una debilidad en su estructura de personal?

-Yo no diría que Cabueñes esté infradotado de personal. Creo que tiene algunos servicios bien dotados y otros muy, muy justos. Eso sí, no sobra nadie. Pero el tema presupuestario impide que tengamos margen de contratación.

-Anunció en su día algunos proyectos para Primaria, como descentralizar lo que se llama la consulta del "Sintrom", reducir puntos de urgencias, revisar las cartillas de cada centro de salud... ¿Cómo van?

¬-En Primaria queremos trabajar en varias líneas. Una de ellas es la autogestión de los centros de salud, asumiendo que el papel protagonista lo tienen que tener los coordinadores de equipo. Tienen que pensar que son los minigerentes de los centros de salud. Y en relación con eso les hemos pedido que revisen la situación de cada centro en cuanto a número de profesionales, frecuentación de pacientes... De ahí se verá si hay que hacer alguna reordenación de personas o de profesionales. También queremos seguir con la línea de potenciar la mayor capacidad resolutiva de la Primaria. Ya hay cuatro centros que tienen ecógrafos y si pudiéramos económicamente, dotaríamos al resto. Seguiremos trabajando en la teledermatología y teleoftalmología para el despistaje de la retinopatía. Hay que avanzar en esa línea.

-¿Cómo van a reorganizar la consulta del "sintrom"?

-Ya lo hemos expuesto en los centros de Primaria y están dispuestos a asumirlo. La idea es que los controles rutinarios los lleve el médico de atención primaria. Cada uno en su centro, y con su médico, hará tanto la extracción de sangre como la interpretación de los datos. Y en Cabueñes quedaría sólo la consulta de los pacientes que no están bien controlados.

-¿Algún cambio más?

-Sí, tenemos también la idea de que en este año el protocolo al embarazo normal deje de hacerse en Cabueñes y pase a ser un programa que siga el médico de primaria y las matronas. No tiene sentido que sigamos en Cabueñes a todas las embarazadas sanas del área V. Ningún sentido. Aquí debe quedarse solo el control de los embarazos de riesgo. Y a más largo plazo queremos hacer un programa que aglutine y coordine mejor toda la fisioterapia del área.

-¿Qué va a pasar con las urgencias de la red de Primaria?

-La reordenación de la Urgencia es algo que reclaman hasta los propios profesionales, porque es poco eficiente que en un punto de urgencias quede solo un médico y una enfermera. La idea es, con tiempo, reducir puntos de atención continuada, pero los que dejemos estarán mejor dotados.

-¿Alguna novedad reseñable en la planificación de la reforma de Cabueñes?

-Este año sacaremos adelante el plan director sin problemas económicos. Otra cosa será si el tema del presupuesto regional sigue estancado para el próximo año, porque en 2017 tocaría empezar la ejecución de la obra y con prórroga presupuestaria no sé si eso se podría abordar. Tengo confianza en empezar en 2017 porque el tema de los espacios es imperioso y no veremos frutos hasta 2019, cuando acabe la primera fase.

-¿Cómo ve ahora desde Gijón el HUCA?

-¬Con la fase de traslado ya superada, creo que en el HUCA ahora se necesita ordenar y trabajar en qué queremos que sea, decidir por dónde vamos a tirar. Es un centro que debe arrancar ya, ver qué proyectos nuevos quiere abordar y no seguir al ralentí.

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