Cuando se licenció en Química por la Universidad de Oviedo en ningún momento se le pasó por la cabeza la opción de acabar tomando las riendas del negocio familiar trabajando con el dulce y el chocolate en la confitería San Antonio. O quizás sí. Porque desde bien pequeña vio día tras día como su padre elaboraba bombones y figuras de chocolate, y también ayudaba a su madre a montar el escaparate del negocio. Pero a Covadonga Ainhoa de Pedro (Gijón, 1978) le costó dar el paso. La ganadora, por tercera vez en los último cuatro años, del Concurso de Escaparates de Semana Santa se topó con la cruda realidad de la difícil salida laboral para los químicos y, coincidiendo con un momento delicado de salud de su padre (acababa de sufrir un infarto ), decidió probar fortuna en el negocio familiar, que ya tiene cuatro décadas de vida.
Con una réplica de chocolate blanco y de naranja del robot "BB-8", de unos 40 kilos de peso, y 950 euros de valor, ganó la cuarta edición del Concurso de Escaparates de Semana Santa. Es la tercera vez que lo logra, tras elaborar un barco pirata de 1,5 metros de eslora, 1,20 de altura y 40 kilos de chocolate el año pasado, y los personajes de "Angry birds" hace tres años. En la creación de este año, que se componía de dos esferas de chocolate, no faltó ningún detalle del personaje de "Star Wars". Hasta le incluyó un sistema de iluminación en una cabeza hueca, con ojos transparentes de vidrio (la única parte no comestible), que se sostenía desde una plataforma giratoria que se aliñaba con efectos de movimiento y sonido.
Nacida en Somió, estudió en el Colegio Patronato San José de Ceares y en el IES de El Piles. Después hizo la carrera en Oviedo y un máster en Barcelona. Cuando se casó ya se instaló en Gijón, en la zona de Los Capuchinos.
Los que la conocen, destacan que es "una persona muy trabajadora y constante y que siempre es muy exigente con las calidades del chocolate" y resaltan su capacidad para crear e innovar día tras día: "Tiene mucha en todos los aspectos relacionados con la publicidad. Está muy al tanto y siempre se fija para elaborar las figuras de chocolate con temas que estén de actualidad".
Su mayor afición es la danza oriental, y cuentan que es una gran bailarina. Esta actividad le sirve para desconectar y para disfrutar, como también le pasa con su otra gran pasión: los viajes. Cada vez que el trabajo en el obrador le deja un hueco libre lo aprovecha para hacer una escapada. Pero su afición más extraña es la de coleccionista de arena de playas del mundo. A día de hoy tiene más de 200 frascos. Cada vez que algún amigo o conocido viaja le tiene que traer un tarro. Y así ha conseguido elaborar una colección única que hasta cuenta con granos del Paralelo 82, la última playa antes de llegar al Polo Norte.
De su padre, David de Pedro, aprendió todos los secretos de la repostería. De pequeña vio como hacía una representación del baile de "La Bella y la Bestia", del "Taj Mahal" o de "Charlie y la fábrica de chocolate". Y a día de hoy le asesora y aporta los apuntes técnicos para elaborar las figuras de Pascua. Covadonga es la artista y la que da todos los toques especiales, pero su padre es el que contribuye con la escuadra y el cartabón a que las proporciones sean perfectas.
En su familia además hay otro artista de la repostería. Es su hermano David Manuel, que actualmente se encuentra trabajando en Canarias, tras regentar otra confitería, también llamada San Antonio, en la calle Menéndez Valdés. El padre, y mentor de ambos, destaca lo bueno de cada uno de sus dos hijos. "David es muy bueno, rápido y hace trabajos de calidad, pero no repara tanto como Covadonga en los detalles del arte y la presentación".
Covadonga de Pedro disfruta esta semana del reconocimiento por su tercera victoria en el Concurso de Escaparates de Semana Santa. Un certamen al que dedica mucho tiempo y esfuerzo. Hasta el punto de que nada más empezar el año ya empieza a darle vueltas a la idea. Su secreto para triunfar es "paciencia y sentido de la proporción". Pero lamenta que el resto de establecimientos no intenten elaborar creaciones vistosas y curiosas como hace ella, y se ciñan al huevo y al pollo de Pascua.
Las figuras de "BB-8" las elaboró en tres tamaños distintas. De la grande sólo hizo una. La mediana tenía un valor de 195 euros. Y del modelo pequeño, el más solicitado, al precio de 58 euros, elaboró 102 figuras, necesitando una hora de trabajo para cada una. Tiempo y dedicación importantes, pero nada comparable con los entre 15 y 20 días que necesitó para crear la figura grande de 40 kilos. "La clave es seguir innovando y trabajando, proponiendo cosas nuevas para sorprender al cliente", resaltaba a este periódico Covadonga de Pedro tras ganar la primera edición del concurso. Con el paso de los años ha seguido fiel a su lema. Y sus creaciones siguen una dulce tradición de brillantes figuras de Pascua, que están para chuparse los dedos.
