Las víctimas de accidentes de tráfico aseguran que en el casco urbano de Gijón hay ocho puntos negros en los que más se repiten atropellos a peatones. Son, en su mayor parte, zonas en las que no existe regulación semafórica o en las que los luminosos advierten a los conductores de la prioridad de paso de los peatones con una luz ámbar permanente. Es el caso, por ejemplo, de uno de los pasos de peatones de la calle Velázquez, calificado como "muy peligroso" por estos expertos y en el que hace tres años falleció un niño de cuatro años atropellado por un turismo. Pero hay más ejemplos.

El cruce de Pérez de Ayala con Severo Ochoa también es muy conflictivo según el último informe sobre la siniestralidad vial en el casco urbano elaborado por la Fundación de Ayuda al Accidentado de Tráfico (AVATA). Los semáforos en ámbar son también los responsables de la difícil convivencia entre peatones y turismos en la avenida de la Constitución o la calle Ramón y Cajal. En Carlos Marx esta asociación asegura que "la sincronización de los semáforos por la mañana es diferente a la de las tardes" y que esto "lleva a confusión a los usuarios de la zona, que a veces tienen poco margen para poder llegar a la acera sin correr".

La Fundación mantiene que en lo que va de año ha aumentado considerablemente el número de atropellos en el casco urbano de la ciudad y hacen hincapié en lo preocupante de esta tendencia. La estadística les da la razón.

El primer herido de consideración que se registró este año en las calles del casco urbano gijonés fue en el mes de enero. Un viandante resultó herido cuando cruzaba la avenida de Schultz. Apenas un mes después un sexagenario resultó herido grave al ser atropellado por un autobús de Emtusa en La Guía. Al parecer, y según las investigaciones realizadas por la Policía Local, el siniestro se produjo como consecuencia de un despiste del conductor. Unos días después una niña de 4 años tuvo que ser ingresada en la UCI de Cabueñes tras ser arrollada por un coche en la calle Ezcurdia. En este caso el suceso tuvo lugar, de nuevo, en un paso de peatones regulado por un semáforo en ámbar. Pero sin duda, los casos más graves tuvieron lugar este mes. El último, ayer.