Si hubo un momento en el juicio contra la presunta "cúpula" de "Anonymous" en el que las defensas de los tres acusados lograron plantear más sombras sobre la investigación policial fue durante la testificación de uno del agentes que, utilizando el sobrenombre "Sprocket", entabló relación con los acusados a través de chats. Las preguntas de los abogados le pusieron contra las cuerdas en muchos momentos y el agente de la Policía contestó repetidamente: "No lo recuerdo". Incluso respondió así a si se acordaba del momento en el que viajó de Madrid a Gijón para interponer la denuncia en los juzgados asturianos.

Además, en otras muchas respuestas remitió a los letrados al instructor de la causa, cuya declaración quedó pospuesta para hoy por problemas técnicos con la videoconferencia. Y a ello hay que añadirle las acusaciones contra el agente por parte de los abogados de los encausados por "inducir al delito".

Para argumentarlo, leyeron varias conversaciones mantenidas en chats por el agente policial infiltrado, "Sprockets", con algunos de los alias usados por los acusados. En algunas de ellas, el agente habla de ataques informáticos e incluso finge poner a disposición "la botnet de un colega". Esto es, una red zombi de ordenadores fantasma que puede servir para el envío masivos de peticiones para saturar un servidor.

Insistentemente, desde las defensas de los acusados le preguntaron si en esas conversaciones estaba ofreciendo soporte para un delito o induciendo al mismo. Es decir, tentando a los investigados para que aceptasen participar. "Nunca ofrecí nada, porque no tenía nada que ofrecer. Sólo usaba la misma jerga y temática de esos chats porque tenía que ganarme su confianza", respondió una y otra vez el policía.

Asimismo, los letrados de la defensa equipararon la utilización de esta técnica a la de "agente encubierto", y aseguraron que no estaba justificada en este caso al no ser considerado un delito grave. Si bien, la Fiscalía rebatió este último punto, asegurando que la calificación de un delito como grave o no grave no se puede limitar a la pena que lleva aparejada, así como que esta técnica, al igual que las escuchas telefónicas a Rodrigo T. S., están justificadas para la investigación de delitos informáticos.