Francisco Jesús Pérez es el abogado que representó ante los tribunales los intereses de la mujer que consiguió una indemnización de 74.000 euros tras diez años de matrimonio en separación de bienes.
-¿Satisfecho con el fallo?
-Puedo decir que sí y que no a partes iguales. Aceptamos la sentencia pero esperábamos más. Nosotros pedíamos que se equiparara a la demandante a una trabajadora del hogar y queríamos que se aplicara el convenio de este tipo de empleados a la hora de fijar la cuantía de la indemnización. No podemos olvidar que estamos hablando de un divorcio en el que hay dos partes y no hay vencedores ni vencidos. Toda separación es un drama, estamos hablando del fracaso de una pareja. Hemos estados dos años pleiteando y el camino ha sido largo y duro. Para mi defendida ha sido un proceso complicado.
-El fallo sigue la estela de una sentencia del Supremo de finales de 2015 pero recoge un derecho reconocido desde que se aprobó el Código Civil, ¿por qué se empiezan a ver ahora este tipo de sentencias?
-Efectivamente ese derecho viene ya recogido en el Código Civil del siglo XIX y por eso no es novedoso. A pesar de todo, tradicionalmente no se aplicaba esta cláusula. No existía jurisprudencia sobre este tema. Hasta ahora no había una tabla fija para establecer las indemnizaciones, todo quedaba a merced del criterio de los jueces pero ahora, gracias a esta nueva sentencia, la Audiencia Provincial establece un criterio: el de multiplicar el salario mínimo interprofesional por los meses que duró el matrimonio.
-¿Es justo que no se tengan en cuenta los ingresos del cónyuge al que se condena y se fije una tabla para todos igual?
-Es que aquí hablamos de una indemnización, no de una pensión. Si tú tienes un accidente de tráfico, los tribunales fijan lo que te deben pagar en función de una tabla que no varía seas periodista, abogado o fontanero. La cuantía no se fija en función del patrimonio de la persona sino del hecho que hay que compensar. Y eso es lo que dice esta sentencia. La mujer trabajó durante años en favor de la unidad familiar y eso genera un derecho con independencia del patrimonio del condenado. Que los gestores de una empresa hagan mal su trabajo no debería ser excusa para que a los trabajadores les abonen su sueldo. Pues esto es lo mismo. Si se rompe el matrimonio y los contrayentes estaban casados en gananciales se reparte el patrimonio a partes iguales, no hay nada que discutir. Sin embargo cuando hablamos de separación de bienes hay que tener en cuenta que el cónyuge que se ha quedado en casa ha hecho unas aportaciones que no le generan beneficio económico alguno al fin de la relación.
-¿Abre esta sentencia la puerta a otras similares?-
-Por supuesto. Lo he comentado muchas veces con compañeros de profesión. Muchas veces tenemos consultas de mujeres que tienen unos 50 años y que ya no viven con sus hijos. Esas mujeres estaban casadas en separación de bienes y actualmente muchas viven secuestradas en su matrimonio. No se divorcian porque no pueden ser libres, no tienen experiencia ni formación.
