Sin ningún edil del PP presente en la sala terminó ayer la sesión plenaria de Gijón. Mariano Marín y Sofía Cosmen decidieron abandonar sus puestos en solidaridad con su compañero, Pablo González, que unos minutos antes había sido "invitado" a salir del Pleno por la alcaldesa tras una bronca por una cuestión de orden. Una más en una sesión caldeada desde el punto uno del orden del día a cuenta de la propuesta del PP y Ciudadanos -rechazada con los votos de los ediles de los tres grupos de la izquierda- de dar marcha atrás en la decisión plenaria que convirtió Gijón hace unas semanas en un "espacio libre de apartheid israelí". El debate sobre este tema no terminó con esa votación. Ediles a derecha e izquierda fueron aprovechando sus turnos para recriminar el uso partidista del dolor de una víctima del gueto de Varsovia, anunciar la agitación de la derecha más cavernícola, denunciar la presión de lobbies israelíes o defender la hoz y el martillo como símbolos de la lucha democrática.

Pero la bronca entre Pablo González y Carmen Moriyón fue por una cuestión de formas. Y su detonante fue la queja de González tras ver como la alcaldesa no interrumpía a un edil de Xixón Sí Puede tras haber sobrepasado su tiempo de intervención. Unos minutos antes Moriyón no había permitido al edil popular utilizar parte del tiempo de su compañera para contestar a un comentario de la bancada de la izquierda sobre el tema israelí. "Es evidente que aquí hay gijoneses con derechos y sin derechos", musitó entonces el edil del PP.

La reiterada crítica de González a la discriminatoria moderación en las intervenciones de los ediles fue contestada finalmente por Moriyón con un "basta ya, le estoy llamando al orden" que dio pasó a un "qué no me conteste" y una invitación a salir del salón de plenos "como ya hizo antes". Invitación que González completó en dos zancadas tras recordarle a Moriyón que "será la alcaldesa, pero no es mi madre".

La marcha de Pablo González coincidió con el receso en la sesión plenaria. Finalizado el descanso los tres ediles del Partido Popular volvieron al salón. Mariano Marín y Sofia Cosmen a sus sillas mientras González se quedaba sentado en el espacio reservado al público. No estuvo solo mucho tiempo. Cosmen recogió sus cosas y fue a sentarse con él e, inmediatamente, hizo lo mismo el portavoz del grupo municipal Mariano Marín. Los tres juntos abandonaron el salón de plenos, la Casa Consistorial y la plaza Mayor dejando al resto de los ediles en el turno de ruegos y preguntas. Un turno del que se cayó la pregunta de Marín sobre los problemas en la carretera del Piles al Infanzón. También se perdió el PP la intervención de María José Arboleya exponiendo los problemas del Instituto de Roces con que terminaron las cuatro horas de la segunda jornada del Pleno ordinario de junio.