El Albergue Covadonga ha visto triplicarse en los últimos cuatro años el número de usuarios que acuden a sus instalaciones buscando techo y comida y que cuentan con estudios superiores. La cifra no es excesivamente alta -en concreto en 2015 pasaron por las instalaciones de esta Fundación 46 universitarios sobre un total de 918 usuarios- pero sí es significativa. El dato sirve ya para que los responsables de esta institución benéfica den la voz de alarma. El porcentaje de usuarios con estudios superiores ha pasado del 2 por ciento que se registraba en 2011 al 6 por ciento que se contabilizó en la estadística del año pasado.

"En líneas generales se mantiene el perfil de usuario que acude a pedir ayuda a nuestra institución pero es cierto que ahora vemos a mucha gente que nunca pensarías que tiene que utilizar el Albergue para subsistir y que esta va a ser su única salida", reflexiona Cristina Avella, directora de la Fundación que gestiona estas instalaciones.

La elevada tasa de paro entre los universitarios, su cada vez más tardía incorporación al mercado laboral y el creciente desarraigo familiar que sufren muchos vecinos de la ciudad serían las tres principales causas que han provocado este fenómeno. Pero hay alguna más. "Detrás de muchos de estos casos que se reflejan en la estadística hay personas a las que la vida ha dado un golpe muy fuerte en poco tiempo. Muchos de ellos han vivido un divorcio traumático que les ha dejado en la calle y sin apenas recursos", argumenta Avella. "A día de hoy vemos menos gente con adicciones o con problemas crónicos que las que veíamos llegar aquí hace algunos años", enfatiza la directora de la Fundación Albergue Covadonga.

Los nuevos usuarios que empiezan a despuntar en la estadística son, asegura la responsable de esta institución benéfica, "gente que luego ves por la calle Corrida paseando normalmente y que jamás pensarías que están durmiendo en el Albergue". Personas, matiza, "que tienen unos hábitos de comida o de higiene que mantienen de su vida anterior y que no dan la impresión de estar en la calle", relata. En la estadística se asegura que la mayor parte de los usuarios -485 de esos 918 registrados el año pasado-, cuentan sólo con estudios primarios. Sólo 72 de los solicitantes de ayuda carecen de cualquier tipo de formación. Otros 34 tienen titulaciones medias.

Respecto a las edades, a pesar de que el mayor porcentaje de los solicitantes de ayuda se sitúa en la franja comprendida entre los 30 y los 64 años, esta institución también atendió en 2015 a 90 jóvenes mayores de edad que aún no habían cumplido los 30 años y a 66 personas de más de 65.

Desde el Albergue Covadonga aseguran que están preparados para asumir la ayuda que precisan todos estos ciudadanos. No en vano en los últimos meses y gracias a la ampliación del centro vivida después del traslado de Proyecto Hombre al nuevo edificio social de El Natahoyo la institución cuenta con más habitaciones. En concreto actualmente se ofertan en el Albergue Covadonga 87 plazas. Lo que no baja es la demanda. Por eso han puesto en marcha, tal y como anunciaron el pasado viernes, un apartamento en el que se dará acogida a familias que estén en riesgo de exclusión y que necesiten una solución de urgencia.