El Observatorio de la Salud del Principado de Asturias, dependiente de la Consejería de Sanidad, recogía a primeros de año el último tirón de orejas al hospital de Cabueñes por el bajo nivel de implantación de las directrices de la Estrategia nacional de Atención al Parto Normal. Una estrategia que lleva desde el 2009 promoviendo un cambio en la práctica clínica en los hospitales públicos "para ofrecer a las gestantes y sus bebés una atención más humanizada, reduciendo el intervencionismo innecesario y en ocasiones contraproducente, con criterios de calidad y respeto a la autonomía de la mujer". Y todo ello, sin perder seguridad ni eficacia en la atención a las parturientas ni los recién nacidos.
En esa estrategia, Cabueñes sólo obtenía un sobresaliente en lo relativo al control de partos con cesárea -desde hace años está en porcentajes muy bajos en el área V-, pero según el estudio de datos de 2014 se comportaba como el peor hospital de la región en cuanto a la gran cantidad de veces que se recurre a la oxitocina para la dilatación en partos que se habían iniciado de forma espontánea, por la cantidad de casos de episotomía (corte en el perineo) que se realizaban en los partos eutócitos (los vaginales que no requieren instrumentación), incluso por el bajísimo porcentaje de "contactos piel con piel" de la madre y el bebé en el mismo paritorio o inmediatamente después.
Como conclusiones del último estudio regional sobre la atención sanitaria al parto y el nacimiento, tanto a Cabueñes como al HUCA se les advertía que, siendo como son hospitales docentes (donde se forman tanto obstetras como matronas, pediatras y enfermeras pediátricas, entre otros especialistas) "el abordaje de las áreas de mejora en estos centros debería ser prioritario".
Y al menos en Cabueñes algunas cosas están empezando a cambiar. Un paso importante en la humanización de la atención se dio con la apertura las 24 horas de la unidad de neonatología. Desde mediados de abril, para favorecer el vínculo y la participación de las familias en el cuidado del recién nacido y del prematuro, los progenitores pueden acceder a la unidad en cualquier momento del día y no sólo en la hora de las tomas.
Además, se acaba de implantar un nuevo protocolo de actuación en la atención al recién nacido sano. Un proyecto consensuado entre neonatólogos, matronas y enfermeras pediátricas, para prestar la mayor calidad y seguridad al bebé. En la línea de buscar el mínimo intervencionismo con seguridad, se ha acordado que una enfermera especialista será la encargada de controlar, en la primera media hora de vida del bebé que nazca por parto normal y natural, que no surgen complicaciones. Según los estudios y los propios registros de Cabueñes, las dos primeras horas de vida del recién nacido son un periodo de adaptación clave en el que se producen importantes cambios no exentos de riesgo y que pueden precisar de atención inmediata especializada, como puede ser una reanimación. La vigilancia que van a ejercer las enfermeras pediátricas pretende compensar, también, el hecho de que en Cabueñes entre la unidad de neonatos y la sala de partos hay una distancia de cuatro pisos, lo que incrementa el riesgo. "No estaremos en el paritorio pero sí estaremos fuera y podemos aportar mucho ya que somos enfermeras especializadas", indicó una portavoz que considera que, con este, se da un paso importante en la calidad y seguridad de la asistencia a los bebés "y también en la reivindicación de nuestra especialidad". Cabueñes también trabaja para que con la ampliación del hospital se trabaje en la incorporación de espacios para la extracción de lactancia materna, creación de banco de leche y escuela de padres, entre otras medidas.
