Ayer, a las puertas de la iglesia de San Pedro brillaban como nunca los uniformes blancos de los oficiales de la Armada, merced al espléndido día; no suele faltar el sol a la festividad de la patrona, la Virgen del Carmen. A las doce en punto se inició la misa solemne oficiada por el párroco, Javier Gómez Cuesta, que estuvo acompañado en la liturgia por el coro "Voces de Cimadevilla", que dirige Montserrat Serrano. En primera fila de autoridades, el comandante de Marina del Principado, Fernando Brinquis, junto a su segundo, el capitán de Corbeta, Luis García; el presidente de la Autoridad Portuaria, Laureano Lourido, y su director general José Luis Barettino. También, el coronel de la Residencia Militar de Gijón, Jorge Manzano Lahoz, el delegado de Defensa de Asturias, Francisco Bravo Corchete, el director de la Escuela de Marina Civil, Daniel Ponte, el Jefe Superior de la Policía Nacional de Asturias, Ignacio José Díaz Salazar, el teniente coronel de Diaper, Juan Antonio Muñiz, el coronel del regimiento Cabo Noval, José Manuel Souto, el capitán de Navío y ex comandante de Marina de Asturias, José Alcalá u la directora del Puerto Deportivo, Flor Guardado, más otras personalidades de las diferentes Fuerzas Armadas. Entre las autoridades políticas faltó la Alcaldesa, aunque comparecieron los concejales del PP, Mariano Marín y Sofía Cosmen, y por parte de Foro, Esteban Aparicio.

Durante la liturgia fue cantada la "Misa asturiana" escrita por Mateo Bullón. Tras el Evangelio de San Juan, Javier Gómez Cuesta, en su homilía hizo referencia al lamentable atentado de Niza que colma de tristeza el gozo de la fiesta del Carmen, un acto miserable que obedece a ideologías absurdas a veces disfrazadas de carácter religioso. "Nosotros rezaremos a la Virgen del Carmen por los que han muerto". Añadió el párroco que estamos en un cambio de época y que cuando el mal se apodera del hombre éste es capaz de todos los horrores, por eso hoy como nunca resuena la voz del Papa Francisco pidiéndole al mundo Misericordia. Este es el año de la Misericordia. Ya en 1963, en una encíclica de Juan XXIII, decía que hacen falta toneladas de Misericordia, sin ella es imposible afrontar los graves problemas que padece el Mundo. "Reina y madre de Misericordia? Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos?" reza la Salve. Javier Gómez Cuesta felicitó a los hombres y mujeres de la Armada, a los pescadores, a los ingenieros navales, a los deportistas del mar.

Finalizada la misa, la imagen de la Virgen del Carmen fue llevada a hombros hasta la explanada de la iglesia para hacer ante ella una ofrenda de flores por los fallecidos en el mar. El coro "Voces de Cimadevilla" cantó la Salve Marinera y "Gijón del alma", antes de ir todos al Real Club Astur de Regatas para participar en un aperitivo servido por la Armada. Antes de iniciarse éste, el comandante de Marina del Principado dirigió unas palabras a la concurrencia. Dijo que ésta era la cuarta y última celebración de la Virgen del Carmen en Gijón, y que en todos sus discursos había tratado de dar a conocer el ingente trabajo de la Armada, ya que rara vez sus acciones son noticia en los medios de comunicación, aunque a veces suceden heroicidades. Invitó a todos a visitar la página web de la Armada, "porque para quererla hay que conocerla". Gritó ¡Viva España!, ¡Viva el rey!, respondido por una atronadora unanimidad. Y propuso un brindis. Copa en mano, dijo ¡Por el primer marino de España, su majestad el Rey!