Los organizadores de la "Semana negra", el multitudinario festival de literatura de género que acoge Gijón desde hace veintinueve años, pusieron ayer como fecha el próximo mes de septiembre para asegurar de una vez la continuidad de una cita que, pese a su evidente éxito popular y a que ha sido copiada por otras ciudades (de Barcelona a Buenos Aires) ha sufrido constantes recortes y sigue pendiente de un emplazamiento definitivo. "Tenemos que sentarnos y hablar en serio y de una vez sobre la perspectiva de futuro", manifestó el director José Luis Paraja.

El director del comité organizador del festival quiere que el gobierno encabezado por la forista Carmen Moriyón, así como el resto de los grupos políticos de la Corporación, expresen su opinión sobre una cita que ha tenido que itinerar por distintos espacios de la ciudad. Y, además, según subrayó ayer su responsable de contenidos, Ángel de la Calle, tiene hoy menos presupuesto que en su primera edición, en 1988. El festival está organizado por la asociación cultural "Semana negra" y se financia con subvenciones del Ayuntamiento, del Principado y privadas.

Paraja y Ángel de la Calle hicieron estas consideraciones en la clausura de la vigésima novena edición. El director de contenidos hizo resaltar que, pese al fuerte ajuste económico, ha sido el año con mayor presencia de escritores (unos 170, incluido el último premio "Princesa de Asturias" de las Letras, Leonardo Padura) y con más actos (más de 150 presentaciones y debates).

Al acto de cierre de la "Semana" acudieron representantes de los grupos municipales de Foro, PSOE, Xixón Sí Puede e IU. No hubo nadie del PP y la Consejería de Cultura excusó su presencia, según señaló De la Calle. "Creo que todos queremos que siga", señaló el concejal de Seguridad Ciudadana, Esteban Aparicio. Preguntado por este diario sobre el emplazamiento de la "Semana negra", afirmó sin sombra de dura: "Se hará aquí (por el antiguo astillero de Naval Gijón, donde viene celebrándose en los últimos años) mientras no haya otra sitio". "Si nos dan otra solución, la estudiaremos", añadió después de recordar que resulta difícil llevar el festival a Laboral Ciudad de la Cultura después de que el magno edificio de Cabueñes ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

Paraja teme que el debate y futura aprobación del planeamiento urbanístico complique la continuidad de la "Semana" en su actual ubicación. Y están las protestas de sectores vecinales, que este año han obligado a recortar las horas de actividad. El recinto ferial cerró hora y media primero los días laborales, una decisión que el director del comité organizador calificó ayer de "razonable". Hay otra evidencia: la "Semana negra" necesita una renovación de los decorados que viene utilizando desde hace años. "Hemos optado ya por ponerlos lo más alto posible para que no se vean bien", dijo De la Calle. Aun así, pese las apreturas económicas, Paraja aseguró que mientras siga al frente del certamen no se cobrar al público por entrar al recinto. Una fórmula a la que sí recurre Metrópoli, el otro festival veraniego gijonés.