Las investigaciones avanzan con más acusados. Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Gijón que desde el pasado día 10 investigan la agresión sufrida por un mierense de 51 años que fue arrojado a las vías del tren después de que supuestamente varios de los familiares con los que había discutido por una herencia le dieran una paliza, han ampliado la lista de participantes en la agresión. La Policía Nacional tomó declaración en calidad de investigados el pasado fin de semana a dos sobrinos del denunciante. El interrogatorio tuvo lugar apenas unas horas después de que el viernes los funcionarios pasaran a disposición judicial al hermano y al cuñado de la víctima, que declararon ante el juez como presuntos autores de un delito de homicidio en grado de tentativa.

Las investigaciones comenzaron el domingo 10 de julio. Poco antes de las tres y media de la tarde un vecino de Gijón que circulaba con su coche por la zona de Veriña alertó a los agentes de que había visto asomar "un brazo colgando" de un puente en las inmediaciones de las vías del tren. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron varias patrullas de agentes. Los funcionarios observaron que en el hueco que separa el muro de contención de las vías y la barandilla se encontraba el cuerpo de un varón. Al denunciante le habían dado una paliza. El mierense fue trasladado al hospital de Jove con una fractura abierta en el brazo derecho a la altura del codo, una contusión en el ojo izquierdo y una herida sangrante en el cráneo. Cuando recuperó la consciencia después de una primera asistencia médica el denunciante aseguró a los agentes que llevaba dos días allí tirado.

El hombre llevaba encima en el momento de la intervención policial una mochila con su documentación, parte del bastón con el que supuestamente le habían golpeado en la cabeza su hermano y su cuñado y una mochila en la que la Policía encontró, además de numerosas manchas de sangre, una funda de ordenador.

La Policía tuvo que solicitar el corte del tráfico ferroviario y la presencia de los Bomberos en la zona. "El hombre se encontraba en un lugar de difícil acceso", relató ayer una portavoz de la Comisaría. Hasta Veriña se desplazaron, además, los agentes de la Brigada de Policía Científica de Gijón. Los funcionarios recogieron los efectos personales del herido. Desde un primer momento los investigadores tuvieron claro que se encontraban ante un intento de homicidio. "De no haber sido localizada la víctima habría fallecido, ya que estaba oculta a las vistas de cualquier persona. Incluso, de haber podido levantarse, podría haber sido atropellado por el tren o acabar cayendo al vacío desde el puente", explicó la Policía.

A su llegada al hospital el mierense fue operado de urgencia y trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos. Para entonces la Policía ya había iniciado una investigación en la que fueron fundamentales las declaraciones del denunciante. El herido, residente en Bélgica, no visitaba Gijón desde hacía diez años. Este verano había decidido viajar a la ciudad para reencontrarse con su familia. El mierense llegó a Asturias el viernes y se trasladó al piso que había sido propiedad de sus padres en la calle Ezcurdia, en el barrio de La Arena. Allí fue donde, según su testimonio, fue brutalmente agredido por su hermano y su cuñado, con los que llevaba tiempo discutiendo por temas relacionados con la herencia de sus padres y a los que el propio herido acusó, además, de "no aceptar su homosexualidad", tal y como confirmaron fuentes cercanas al caso. Según el relato que el herido ofreció a los agentes sus dos sobrinos fueron testigos de la agresión y no hicieron nada para socorrerle.

Ante el juez de guardia los dos detenidos, por su parte, atribuyeron lo sucedido a una "obsesión" del agredido, un hombre con un trastorno bipolar diagnosticado y del que -tal y como aseguraron los arrestados-, no tuvieron noticias desde que el viernes por la tarde, recién llegado a Gijón, abandonó el piso familiar de la calle Ezcurdia en el que también se personó la Policía la pasada semana buscando pruebas. Los dos detenidos negaron ser los responsables de la paliza que sufrió el mierense. Tampoco reconocieron haber tirado al denunciante en las vías del tren en la zona de Veriña. En su defensa aseguraron que en el momento de los hechos se encontraban disfrutando de una comida familiar.

La investigación del caso no fue sencilla. Los trabajos se llevaron de forma "muy sigilosa", según fuentes cercanas al caso. El objetivo era no entorpecer las investigaciones y poder dar cuanto antes con los responsables de la agresión. Los funcionarios temían que los familiares del denunciante -muchos de ellos residentes como él en Bélgica-, huyeran de Gijón, lo que complicaba mucho más su arresto.