La "operación Tortellini" contra el tráfico de estupefacientes está a punto de cerrarse. La Guardia Civil de Gijón presentó ayer el balance de esta investigación con la que se ha conseguido arrestar a un total de siete presuntos narcotraficantes. Las detenciones se iniciaron cuando uno de los implicados en esta trama criminal volvía de Madrid con un coche en el que llevaban escondidos cinco fardos de cocaína, tal y como avanzó ayer este periódico. En total la Benemérita ha conseguido incautarse de 5 kilos 650 gramos de este estupefaciente. La operación ha permitido, además, desarticular uno de los principales grupos de distribución de droga de la ciudad, tal y como recalcó durante la presentación de los resultados de estos trabajos Raimundo García, responsable de la Policía Judicial de la Comandancia de Contrueces.

Las investigaciones se iniciaron en noviembre del año pasado. Fue entonces cuando, según explicó García, "se detectó que estas personas estaban traficando con droga en Gijón". Todos los ahora imputados eran "viejos conocidos de las autoridades" y contaban con antecedentes penales por otros delitos contra la salud pública cometidos en el pasado. No era, por tanto, su primera vez.

Además de los más de cinco kilos de cocaína los agentes consiguieron requisar a esta banda 100 gramos de hachís y unos 15 kilos de sustancia de corte que hubieran permitido a los traficantes triplicar los beneficios de la droga que pretendían introducir en el mercado. Según la Benemérita los arrestos han facilitado la incautación de más de 80.700 dosis de cocaína que habría salido al mercado este verano. Cuatro de los detenidos son vecinos de Gijón. En la lista de imputados también hay un vecino de Oviedo y dos de León. Estos últimos arrestados residentes en la provincia limítrofe son los propietario de un taller mecánico en el que se manipulaban los seis coches y la moto incautados a la organización para que la banda pudiera esconder dentro los estupefacientes. En uno de los vehículos -un Seat Ibiza-, el conductor llevaba cinco fardos de cocaína escondidos dentro de una de las puertas traseras del turismo. A otro de los vehículos le habían quitado el "airbag" para esconder la droga.

Las primeras detenciones tuvieron lugar el 4 de julio. La Guardia Civil decidió "reventar" entonces la operación. Primero arrestó al conductor que viajaba con el cargamento que la organización pretendía vender a segundas personas para que a su vez estos camellos lo distribuyeran entre los consumidores. Ese primer arresto tuvo lugar en la autovía A66 en la provincia de León, poco antes del peaje del Huerna. Otras cuatro detenciones se llevaron a cabo durante la tarde y la noche de ese mismo día. Los últimos dos detenidos fueron localizados en León el 14 de julio. Cuatro de los presuntos traficantes ingresaron en prisión provisional por esta causa acusados de la comisión de un delito contra la salud pública.

Los movimientos de los ahora detenidos por toda España eran frecuentes, según la Guardia Civil. "La organización se desplazaba desde Asturias para la adquisición de cocaína. Tras establecer los contactos con los vendedores de la sustancia y llegar a un acuerdo fijaban un punto de contacto en territorio nacional, lo que llevaba a los detenidos a realizar viajes por distintas ciudades. Con el fin de dificultar la investigación los acusados no dudaban en realizar recorridos con continuas contramarchas y cambios de velocidad", contó ayer un portavoz de la Comandancia.

Los investigadores de la Benemérita aseguran que los detenidos tenían, además, un laboratorio instalado en un piso de Gijón en el que fue incautada una prensa hidráulica que se utilizaba para adulterar la droga y así sacar más beneficio. La Guardia Civil también se incautó de 12.700 euros en efectivo, 12 teléfonos móviles, nueve lápices de memoria, un ordenador, un disco duro externo, un detector de cámara de frecuencia, una defensa extensible y un puño americano.