La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La spirulina, al alcance de la cocina de casa

Dos empresas presentan el primer prototipo para el cultivo doméstico del alga de moda aplicada a la gastronomía

La spirulina, al alcance de la cocina de casa

La microalga spirulina está de moda por sus múltiples beneficios -es un complemento alimenticio muy rico en hierro y triplica en proteínas al pollo-, y gracias a la suma de esfuerzos de las empresas Beta y la asturiana Neoalgae, será posible desarrollar cultivos a nivel doméstico, para tener las algas al pie de la mesa.

Las dos compañías presentaron ayer en Gijón el prototipo "Alglow", un fotobiorreactor que acaban de desarrollar para una producción "de andar por casa" con dos modalidades: con tanques de cultivo más grandes, que permiten un rendimiento de 150 gramos de spirulina al día, más enfocada a "restaurantes y establecimientos grandes", y otro más pequeño, pensado para domicilios particulares, con cantidades más asequibles. Tal y como explicó María Canga, de Neoalgae, el sistema de producción permite la obtención de una pasta fresca de algas, lista para consumir en crudo, al natural, o para ser secada y reducida a polvo, de manera que se pueda usar como complemento en batidos o en otro tipo de platos.

En cualquier caso, la fórmula de uso es sencilla. Junto con los tanques de cultivo, que se enchufan a la red eléctrica y se alimentan con luces LED para hacer crecer la spirulina, es necesario adquirir unos nutrientes que se añaden al agua para proporcionarle la salinidad y alcalinidad necesarias. El resto es cuestión de paciencia, dado que sólo es necesario esperar a que el cultivo crezca para poder empezar a cosechar con una malla como las que se emplean para hacer queso.

Junto con los tanques se adquiere también un manual de uso para comenzar a cultivar en pasos sencillos, además de una selección de recetas que se pueden elaborar teniendo en cuenta que cada medio de producción de la spirulina, el agua salina en la que crece, se recicla y puede llegar a durar tres meses.

Cada dos o tres días se puede obtener la cantidad suficiente para añadir a los platos, o para crear recetas innovadoras con la microalga como protagonista en el caso de los restaurantes. Con ello, además de tener a mano uno de los ingredientes estrella en los recetarios saludables de todo el mundo, se ayuda también a una reducción en el consumo de energía y se colabora en la absorción de CO2, una de las funciones que cumple la spirulina en procesos de fabricación de combustibles como el biogás. De ahí la colaboración en el proyecto de la empresa Beta, suministradora de biocombustibles, electricidad, gas y alimentos sostenibles.

La producción de alimentos genera en la actualidad el 30 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que la producción de un microorganismo "tan beneficioso" como la spirulina, capaz de absorber esos gases nocivos, ha sido vista como "una buena oportunidad" de investigación y desarrollo, indicaba Marta González, responsable de BETA, antes de dar paso a una cata de platos con spirulina.

Los tanques para restaurante saldrán a la venta por un precio que ronda los 2.000 euros, mientras que la producción casera podrá ponerse en marcha por unos 150 euros. Unos precios "asequibles", convienen los responsables del proyecto, que ven cómo "el mercado puede ser importante, de forma especial en las grandes ciudades". Nunca fue más fácil tener algas en casa.

Compartir el artículo

stats