Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de El Natahoyo que desde el pasado día 10 investigan la agresión sufrida por un mierense de 51 años que fue arrojado a las vías del tren después de que supuestamente varios de los familiares con los que había discutido por una herencia le dieran una paliza, analizan estos días el ADN de los dos detenidos por intento de homicidio. Se trata del cuñado y el hermano del denunciante, a los que en un primer momento el propio herido apuntó como responsables de su brutal agresión.

Los dos vecinos de la zona de La Arena que tuvieron que declarar ante el juez como presuntos responsables de una tentativa de homicidio accedieron voluntariamente a la petición de los agentes de recoger una muestra de ADN para poder comprobar su intervención en los hechos. A falta de que lleguen los resultados de la Policía Científica y de que el equipo médico del hospital de Jove elabore un informe en torno a las lesiones que sufre el denunciante, los agentes han enviado ya al juzgado de instrucción que investiga lo sucedido un expediente en el que se relatan los resultados de las pesquisas que los funcionarios han ido recopilando a lo largo de las últimas jornadas.

Según fuentes cercanas a la familia los dos detenidos y los dos jóvenes a los que la Policía Nacional tomó declaración en calidad de imputados -dos sobrinos del denunciante-, se encuentran "disgustados" y "preocupados" por la situación que vive el agredido, que continúa ingresado en el hospital de Jove. No en vano el hombre no tiene casa en Gijón. El mierense, que reside en Bélgica desde que tenía ocho años, no había visitado Asturias desde hacía una década. Este verano había decidido pasar unos días de verano en el domicilio familiar de la calle Ezcurdia en el que supuestamente tuvieron lugar los hechos. Una vivienda a la que, aseguran sus familiares, tiene difícil volver después de lo sucedido.

Los detenidos niegan haber estado en ningún momento durante el fin de semana del 10 de julio en la zona de Puente Seco, en Veriña, en la que apareció el mierense con importantes heridas en la cabeza, en un brazo y en un ojo y portando parte del bastón con el que fue golpeado. Matizan que ni tan siquiera conocen el lugar en el que un conductor se encontró con el cuerpo del herido. Una zona -tal y como la definió la Policía-, de "muy difícil acceso" y en la que el mierense llevaba dos días postrado sin poder moverse. Los agentes aseguran que "de no haber sido localizada la víctima habría fallecido, ya que estaba oculta a las vistas de cualquier persona". Las investigaciones policiales llevaron a los agentes a arrestar a los dos imputados: el hermano del herido fue detenido cuando se encontraba con su coche en plena calle, el cuñado cuando estaba haciendo deporte en el gimnasio.

Los familiares del agredido atribuyen la denuncia contra ellos a una venganza del herido, un hombre con un trastorno bipolar diagnosticado y al que, según los acusados, "no le consta trabajo alguno ni residencia fija en Bélgica". Los denunciados van más allá y mantienen que el mierense ya había tenido problemas con la policía en Francia. El juzgado de instrucción número 2 investigará ahora lo sucedido.