La apuesta de los responsables del centro especial de empleo Apta por mantener la integridad de su plantilla, garantizada durante los próximos 4 años por el apoyo financiero de la ONCE, requerirá a más largo plazo del reciclaje profesional de entre 30 y 40 de los 140 discapacitados psíquicos que integran su plantilla (que asciende a 171 trabajadores en total). Apta carece de recursos para impartir los cursos de formación con los que habilitar a esos trabajadores, cursillos que dependen de que el centro especial reciba apoyos públicos para los mismos.

Una parte de la plantilla de Apta está actualmente ocupada en la nave de Roces, usada por el centro especial pero propiedad de Ilunion, el grupo empresarial de la Corporación ONCE que acaba de salir del accionariado de Apta. Allí están empaquetando caramelos y chucherías para una empresa gijonesa, un trabajo que no resulta rentable para Apta, pero que al menos mantiene ocupada a esta parte de la plantilla. El centro especial de empleo ha conseguido en los últimos meses encargos para producir cableados para varias empresas españolas, una actividad que había ocupado a casi toda su plantilla antaño, pero que ahora es insuficiente para los 140 discapacitados.

El cableado se está realizando en la nave del Piles y en el mismo se han ocupado a los trabajadores que tienen menores problemas de adaptación, para garantizar una productividad que haga rentables esos contratos para la empresa.

Pero no todos los discapacitados están en la misma situación. Por sus circunstancias especiales, una parte de ellos requieren un periodo de aprendizaje largo para ser productivos en una tarea, por lo que Apta intenta contratar series largas de producción, algo que actualmente no está ocurriendo.

El reciclaje de una parte de la plantilla para otras tareas, diversificando su cartera de clientes, será una de las claves de futuro.