El concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Gijón, Esteban Aparicio, anunció hace varias semanas que el principio del curso político a la vuelta del verano sería clave para afrontar la reforma de la ordenanza de convivencia cívica. Pero cambiar una de las normas más polémicas aprobadas por el gobierno local para atajar en un primer momento el fenómeno del "botellón" del que se quejaban vecinos de Cimadevilla y el centro, no va a resultar sencillo. Después del escaso éxito de la plataforma creada en internet para recoger las aportaciones ciudadanas, el propio Aparicio admitió que "hay que dar un giro para recoger más opiniones" y fijó el inicio del próximo curso como el momento en el que el consistorio buscará el consenso para impulsar la reforma.
Lo cierto es que a lo largo de los últimos meses el consistorio apenas ha conseguido recoger una decena de aportaciones públicas en la web municipal. Unas intervenciones de ciudadanos que dejan a las claras, a pesar de todo, las principales precauciones de los gijoneses. Dos de las propuestas más comentadas en la plataforma de participación hablan de la necesidad de sancionar a quienes no recojan los excrementos de sus perros y a quienes arrojen basura por las ventanas de sus casas. "Por las mañanas no se puede ni caminar por las calles de Gijón sin el continuo riesgo de que te arrojen algo sobre la cabeza", afirma un internauta mientras que otro pide que se aumente la presencia policial en barrios como Contrueces para que se conciencie con multas a los dueños de perros de la necesidad de limpiar la suciedad que dejan los animales.
