El diseño del nuevo Plan General de Ordenación (PGO) dificulta el desarrollo de la actividad actual de Arcelor en la ciudad y pone en peligro iniciativas de expansión, empezando por la construcción de las nuevas baterías de coque de Veriña previstas para finales de este año con una inversión de 134 millones de euros. Este es el mensaje que la empresa ha hecho llegar al Ayuntamiento a través, primero, de las alegaciones formales al documento de aprobación inicial del PGO y, después, en reuniones con representantes de los grupos políticos de la Corporación con la intención de transmitirles la trascendencia del asunto.

Las alegaciones presentadas por Arcelor se refieren a diferentes cambios de calificación sobre un suelo que ahora tiene la condición de urbano industrial para gran industria. Aunque el gran problema viene dado por la inclusión de parte del terreno de la multinacional dentro de las denominadas "zonas ambientalmente protegidas". El PGO diseña en la zona oeste de la ciudad un gran corredor ambiental como barrera contra la contaminación que sufren los vecinos de esos barrios. Además de restringirse la implantación de nuevas actividades contaminantes en ese entorno se impone un proceso de plantación forestal de gran envergadura para crear áreas de regeneración.

Aquí llega el conflicto porque algunas partes del suelo de Arcelor pasan a ser áreas medioambientalmente protegidas y por tanto territorio para plantar árboles. Desde la empresa se hace mención expresa a la afectación sobre dos parcelas, la que se utiliza como almacén para la escoria de los altos hornos, en Somonte, y el parque de coque. Para Arcelor resulta básico poder mantener el vertedero para las escorias que generan los altos hornos, sobre todo porque su comercialización para otros usos ha caído en picado desde 2008.

Eso en cuanto al presente, pero de cara al futuro, desde la dirección de Arcelor se entiende que la propuesta del PGO "compromete seriamente" la inversión en las baterías de coque. Al tiempo que se recuerda que todas sus instalaciones tienen las autorizaciones administrativas y medioambientales pertinentes. Aunque en un proceso menos avanzado de desarrollo también está sobre la mesa el interés de la multinacional por tener una planta de cogeneración eléctrica en Gijón, con una inversión de 200 millones.

Las alegaciones de Arcelor al documento inicial del PGO -que se aprobó en el Pleno del pasado febrero con el apoyo de Foro, Xixón Sí Puede, PP, IU y Ciudadanos y el voto en contra del PSOE- también hace mención a otros cambios. No se entiende desde la empresa que una parte del polígono de Lloreda, donde está el club de tiro Ensidesa, deje de ser industrial para tener la consideración de dotacional de equipamientos propuestos y se rechaza la calificación de dotacional de infraestructuras para un espacio de más de medio millón de metros cuadrados entre la Zalia y los altos hornos donde están las vías del entramado ferroviario que da servicio a la acería.

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