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La ordenanza de limpieza quiere limitar los perros en zonas públicas y eventos

El Ayuntamiento tiene previsto, según plasma en el reglamento, avanzar en la creación de espacios específicos para mascotas en los parques

La ordenanza de limpieza viaria que el Ayuntamiento pretende tener aprobada a la vuelta del verano recoge limitaciones para la presencia de animales en espacios públicos y eventos concurridos. El consistorio se compromete en la nueva normativa -que se someterá a información pública en otoño-, a habilitar en parques, playas, piscinas y lugares de titularidad municipal "zonas separadas y debidamente señalizadas para la estancia de animales domésticos en condiciones tales que no constituyan un peligro para los restantes usuarios".

Los residuos y los problemas de higiene que puede conllevar la convivencia con perros preocupa al área de medio ambiente municipal. Este tema se lleva, de hecho, un capítulo específico dentro de la normativa con la que se pretende garantizar la limpieza del concejo. Los redactores de la norma piden a los gijoneses, no sólo que recojan los excrementos de animales, algo ya muy asumido por la población, sino que "procuren impedir que los animales depositen sus deyecciones en cualquier lugar destinado al tránsito de peatones, zonas verdes y vías públicas". En caso de que no se cumpla esta norma y los perros depositen sus excrementos en la calle se insiste en que las personas que conducen a los animales "están obligadas a limpiar las deyecciones, debiendo portar elementos o bolsas para su recogida". En caso de incumplir la norma los propietarios de canes se pueden enfrentar a multas de hasta 750 euros.

Pero la ordenanza va más allá de la simple limpieza de excrementos. En el texto se insiste en la prohibición del "acceso o permanencia de animales a lugares de concurrencia pública en los que su estancia resulte desaconsejable por razones higiénicas y sanitarias o por resultar su naturaleza o comportamiento inconciliables con la actividad que en tales lugares se desarrolle". Los animales no son los únicos a los que se hace especial referencia en la nueva normativa.

El Ayuntamiento también pone negro sobre blanco con esta ordenanza una prohibición que hasta la fecha se encontraba enmarcada en otras normativas, la de que los comerciantes saquen a la calle "productos u otros elementos fuera del ámbito de los establecimientos mercantiles". Además "los responsables de los kioscos, puestos ambulantes, despachos de loterías u otros establecimientos caracterizados por la venta de artículos susceptibles de producir residuos y envoltorios desechables, están obligados a mantener limpia el área afectada por su actividad tanto a la apertura y cierre del local como durante su funcionamiento". Pero si hay un negocio en el que el Medio Ambiente se fija especialmente en la ordenanza ese es el de las pescaderías, que ya están siendo objeto de mayor control que otros negocios. Sus residuos "no podrán ser depositados en contenedores", deberán ser desviados en un Punto Limpio.

La ciudadanía en general también tiene obligaciones. La nueva normativa obliga a todos los vecinos de la ciudad, bajo amenaza de multa, a separar sus residuos para reciclar vidrio, envases, papel y cartón, aceites vegetales, ropa y calzado, medicamentos, pilas, muebles y enseres, aparatos eléctricos y materia orgánica. La obligación de reciclar o las sanciones económicas que se pueden llegar a imponer por el mero hecho de rebuscar en los contenedores de la ciudad son algunos de los puntos que pueden ser más polémicos.

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