Si algo suena en la Semana Grande es la música. Gijón ha vibrado en los últimos días con los acordes de diferentes grupos y formaciones, que han arrastrado a las calles a niños y a mayores.

El día de los fuegos no podía ser menos, y ayer el turno fue para los más veteranos, que se acercaron a Begoña a escuchar los pasodobles de la Banda de Música "Villa de Jovellanos". La agrupación, que lleva tocando desde hace más de cien años, estrenó ayer quiosco de música, que estuvo en obras hasta finales del mes de junio, recuperando una vieja tradición.

Como preludio de una de las noches más mágicas del verano gijonés, la banda gijonesa animó la sesión vermú con temas como "Capote de Grana y Oro" que, pese a su ritmo contagioso, no fueron capaces de enganchar a bailar a ninguno de los presentes. "Dános rabia porque este año no se mueve nadie. Otros años veníamos con otra pareja y bailábamos", señaló Jorge Luis Meire, que pasó la mañana acompañado de Margarita Rodríguez. "No está el tiempo pa' bailoteos", explicó la madrileña Conchita Padiella, refiriéndose a la densa bruma que inundó ayer la costa y parte de la ciudad. "Vivimos aquí cerca y nos es muy agradable el ambiente y la música que tocan. Venimos a verlos todos los veranos", explicó Gilberto García, que paseaba por Begoña de la mano de Esmeralda Castales.

"Hay un ambiente bárbaro estos días", explicó Dolores Cordones, que vive en Madrid pero es asidua al verano gijonés. "Los conciertos, la sidra, el pote... de Gijón nos presta todo", señaló su acompañante, Consuelo Tornero, también madrileña, que asegura que "si me toca la primitiva, me compro una casa aquí".

A la cita con los trombones y las tubas acudieron también numerosos turistas. "Vengo a ver a la banda todos los años y toca estupendamente", dijo el malagueño Manuel Salazar, que fue miembro de la banda de su tierra. "Les he visto tocar el día de Jovellanos, pero hoy hay más ambiente", señaló Rosa Castejón, de Madrid.

Se trata en resumen de un clásico encuentro de la Semana Grande gijonesa que sirve como colofón a la apretada agenda musical que ha tenido lugar estos últimos días.