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JOSÉ ANTONIO ESCALERA | Asesor fiscal gijonés que vive en Maracaibo (Venezuela)

"Venezuela se ha convertido en un país de estraperlo; en eso somos profesionales"

"Si protestas, vas a ir preso y no te va a sacar nadie; con una pistola en la cabeza es difícil que puedas expresarte"

José Antonio Escalera, en Gijón, este verano. ÁNGEL GONZÁLEZ

José Antonio Escalera Escudero nació en Pravia en 1953 pero con apenas unos meses llegó a Gijón con su familia. Con 4 años, sus padres, junto a su descendencia, decidieron viajar a Venezuela, un país donde José Antonio comenzó años más tarde a trabajar como asesor fiscal y donde formó una familia, siempre con Gijón en el corazón, una ciudad que visita todos los veranos para pasearla y degustarla.

-¿Cómo es ir un día a la compra en Venezuela?

-Toda una odisea. De todos es sabida la escasez de muchos productos motivado por la poca producción que estamos teniendo porque carecemos de materias primas. Venezuela se ha convertido en un país con abundancia petrolera, ya lo era antes y se ha acentuado en estas legislaturas del socialismo del siglo XXI, y aunque promulgaban que había que había que diversificar la economía hicieron lo contrario. Con el boom petrolero supuso un gran chorro de dinero e hizo que el comandante eterno pensase que iba a durar toda la vida y destruyeron el aparato productivo nacional. Se enfrascaron en una política de importaciones y todas las materias primas, al menos un gran porcentaje, son importadas. Los periodos del petróleo son cíclicos, lo sabe Noruega que tiene unos grandes fondos, lo saben los Emiratos Árabes, pero parece que Venezuela no lo sabía. El fondo de estabilización macroeconómica que se había conformado para la llegada de vacas flacas ya no existía, era un agujero negro. Esos fondos eran la caja chica de Chávez y no se sabe dónde han ido a parar esos fondos. De tal modo que nos agarró con los pantalones abajo.

-¿Y ahora?

-Ese es el panorama que tenemos. Si no tenemos trigo, no hay pan. O no hay leche porque no hay tetrabrik. Como eso, todo. Primer punto débil son las medicinas y luego la alimentación. No hay productos todavía. Ahora aparecen productos con precios negociados y se prendió la otra mecha que es la inflación. Lo poco que hay, no hay cómo comprarlo.

-¿Sucede en barrio pobres o barrios ricos?

-Sucede de forma general. Ha habido un fenómeno estos años. Antes veías que la gente limitada iba a supermercados que antes no pisaba porque eran caros para ellos. En Venezuela se expropiaron muchas empresas de producción de alimentos como aceite, pasta y el producto estrella de la harina de maíz con la que se hacen las arepas, la comida cotidiana. La gente de clase baja sufre mucho más, tiene que hacer colas, el otro paga por el estraperlo. Venezuela se ha convertido en un país de estraperlo, ya lo hacemos con todo. Antes lo hacíamos de divisas, durante mucho tiempo, y ahora hay estraperlo en todos los órdenes de la vida, somos profesionales en eso. El que no tiene recursos tiene que someterse a esas colas inclementes al sol con la guardia nacional vigilando y presionando. Dése cuenta que Está el ejercito ahí armado. La gente debe hacer colas para que te den un producto escaso, pequeña cantidad que no te es suficiente o inclusive que cuando llega tu turno en la cola ya no hay.

-Llegaron imágenes de mareas de gente cruzando la frontera con Colombia. ¿No la había cerrado Venezuela?

-Ya tenemos un año de frontera cerrada con Colombia. Fue un acto publicitario del Gobierno, los productos en Venezuela eran más baratos y allí en Colombia los revendían. También hubo problemas con la gasolina, principalmente, pero cerrarla no dio ningún resultado. Ahora hay mucha presión en zonas de frontera como Táchira o Cúcuta. La frontera es otro mundo. El detonante era que había gente que quería pasar y no podía. Se organizaron en el puente, las primeras fueron marchas de mujeres, que se pusieron en el puente y el ejército colombiano les permitió el paso; el venezolano no pudo hacer nada. El Estado de Táchira autorizó el paso de un país a otro. Pero ahí ya fue una marcha masiva que fue lo que llegó aquí. Esa propaganda hizo mucho daño al gobierno venezolano que ya lo ha vuelto a prohibir.

-¿Guerra propagandística?

-No cabe duda. En los tiempos que vivimos la noticia no tiene frontera, ni tiempo ni distancia. Se conoce todo en el momento en que se produce. El gobierno venezolano es un experto en el manejo de la propaganda y publicidad. Han invertido mucho y tienen de tal forma que ellos han logrado controlar los medios de comunicación, los han adquirido, aunque ocurre también en el lado contrario. Se magnifican y exageran algunas cosas. En las redes sociales se produce un fenómeno, hay mucha publicidad sesgada de ambos bandos. En Venezuela circula más propaganda del bando de la oposición que del oficialista aunque estos ya están tomando cartas en el asunto pese a no poder contra Facebook, Instagram o Twitter. Las redes sociales son el camino para llegar a la persona.

-El Tribunal Supremo de Venezuela declaró en desacato a la Asamblea Nacional, es decir el Parlamento, e incluso todo apunta a que el chavismo quiere disolver el Parlamento presidido por el opositor Henry Ramos Allup. ¿Golpe de autoridad o de estado?

-No sé diferenciar uno y otro. La Asamblea Nacional está maniatada y no la dejan hacer nada, no cumple ningún papel. Al perder las elecciones parlamentarias el gobierno tejió una estrategia obligando a jueces del Tribunal Supremo a renunciar e incluso jubilando a otros anticipadamente. El 28 de diciembre nombraron jueces del Supremo a miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el partido oficialista, que incluso habían sido candidatos a diputados. Los poderes están todos en manos del Estado. Golpe de Estado no me atrevería. En todo caso la Asamblea Nacional es una piedra en el zapato que están intentado borrarla, pero sería demasiado escandaloso. No sé lo que puede llegar a pasar, no puedo aventurarme.

-Tras un gobierno tan personalista como el de Hugo Chávez. ¿Cómo ha logrado subsistir Maduro?

-La imagen de Hugo Chávez todavía está ahí. En la Historia tres años no es nada. Al morir empieza a crearse la leyenda. El Estado se ha encargado de crear esa aureola de héroe que tendió su mano a los desfavorecidos, de personaje histórico al punto de equipararlo a Simón Bolívar. Acaban de celebrar el sexagésimo segundo aniversario de su nacimiento. El Gobierno está en eso, en crear esa imagen. Maduro no se echa ninguna flor, el discurso de Maduro no nombra menos de cien o doscientas veces a Chávez "esto es lo que hizo el presidente", "lo que quería el comandante eterno", es decir, cosecha mía no hay nada.

-Se juntan las críticas a que sus aliados tradicionales han ido "cayendo" en las elecciones.

-Es una isla prácticamente porque ya ni Cuba, que ahora tiene que atender a su nueva relación con EE.UU.

-¿El propio chavismo ha convertido en mártir a Leopoldo López?

-Está claro y pienso que es una torpeza. Desde el primer momento no han manejado bien el tema porque al encarcelarlo, crearon el mártir que cuando salga probablemente les barra. No sólo él, que es un estandarte, pero hay otros como Antonio Ledesma, alcalde de Caracas y los estudiantes, que están siendo vejados y torturado.

-¿En qué situación está el referéndum revocatorio que pretende la oposición?

-La oposición sabe que está cerca de poder sacarlo adelante por la presión internacional pero el gobierno tiene muchas formas de dilatarlo en el tiempo. Para esta primera parte de validación de firmas para hacer el referéndum revocatorio ya han pasado cinco meses. Pueden hacer que no llegue la oposición a concretarlo. De darse no será antes de la primera quincena de diciembre y tienen hasta el 10 de enero.

-¿Cómo se valora en Venezuela el papel de José Luis Rodríguez Zapatero como mediador?

-Rodríguez Zapatero está parcializado. Lleva la voz cantante dentro del grupo de expresidentes, con Leonel Fernández, de República Dominicana, Martín Torrijos, de Panamá o incluso Ernesto Semper, secretario general de la Unasur. No actúa de forma neutra, ni muchísimo menos. En sus primeras declaraciones dijo que no estaba de acuerdo con el revocatorio. Oiga, usted eso no puede decirlo porque el revocatorio es una figura que aparece en nuestra Constitución y le corresponde decidir al pueblo de Venezuela. Además él visito a Leopoldo López en la cárcel que tan solo su familia tiene acceso. No puedes decir que es un gobierno democrático cuando no se permite visitar a los presos en la cárcel. Eso no es democrático y entiendo que ante eso debes rebelarte.

-¿Allí conocen a Podemos o a Pablo Iglesias?

-Claro que sí. Monedero e Iglesias estuvieron en la sombra, de asesores. No eran tan conocidos y no se les veía como diseñadores de las políticas. Cuando empiezan a tener nombre en España se empieza a escarbar cuál fue su papel en Venezuela. Son afines a la ideología de Hugo Chávez y ha estado financiados por su gobierno y quizás que por el de Maduro. Ahora hay otro personaje, Alfredo Serrano que es parte de Podemos, o afín. Hoy por hoy, este economista español es el cerebro económico de Maduro, el asesor que más influencia tiene en las decisiones de Nicolás Maduro.

-¿Todo este polvorín puede saltar por los aires?

-Las condiciones para ello están. Hay hambre, hay desesperanza, todo tiempo de necesidad pero también hay miedo. Lo más llano que pueden hacer es ir a firmar para el revocatorio pero hubo gente de organismos públicos, como la Agencia Tributaria, que firmaron e inmediatamente fueron despedidos. Si protestas, vas a ir preso y no te va a sacar nadie. Con una pistola en la cabeza es difícil que puedas expresarte contra el Gobierno.

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