Los portavoces de Divertia, empresa municipal encargada de los festejos, quisieron "explicar al detalle" ayer los motivos por los que se decidió mantener el espectáculo pirotécnico de la noche de Begoña pese al riesgo de que quedase deslucido por la bruma que se posó durante todo el día sobre la costa gijonesa, como finalmente ocurrió. "Hay demasiada rumorología sobre ello", opinó Jesús Martínez Salvador, concejal de Festejos y Turismo y presidente de la empresa Divertia.

Martínez Salvador relató cronológicamente su versión de lo ocurrido el domingo. "La aparición de esa bruma con la que nos despertamos fue sorpresa. Apareció el día anterior a mitad de la tarde pero en las previsiones no éramos conocedores de que nos iba a visitar. Automáticamente nos pusimos manos a la obra para poder tener una predicción meteorológica lo más exacta posible sobre las condiciones que íbamos a tener en el momento de lanzar los fuegos. Ahí fue cuando contactamos con los meteorólogos del aeropuerto que a su vez contactaron con el centro meteorológico del norte de España, situado en Santander, y nos comunicaron que esa bruma que ocupaba la costa de la ciudad iba a ascender hasta los 300 o 400 metros. Y eso, comparado con la altura máxima que alcanzan los fuegos, que se estima en unos 250 metros, hacía indicar que en principio no debería haber problemas de visibilidad", contó. De hecho, prosiguió el edil, "lo cierto es que a la hora de lanzar los fuegos se veía mucho más despejado el cielo que durante la tarde". Bajo su punto de vista, "ya sólo con esto, habiéndose visto la zona de la playa más despejada que por la tarde, no haber lanzado los fuegos no lo habría entendido nadie".

Sin embargo, reconoció Martínez Salvador, "las previsiones no aciertan siempre el cien por cien, y sí es cierto que la bruma elevó su altura, pero no a esos trescientos metros; lo que unido a la ausencia de viento provocó un problema mayor en la visibilidad. Todo el humo quedaba en el mismo sitio en el que explotaban y según iba avanzando el espectáculo no había una visibilidad correcta. Pero teníamos esos informes, así que la decisión fue correcta", narró.

A ello agrega el análisis técnico. "Suspender o aplazar los fuegos no es algo viable, o al menos, razonable", aseguró el concejal de Foro. No acepta el argumento de que con la suspensión del evento el Ayuntamiento se podría haber ahorrado los 45.000 euros que costaron los fuegos, o parte de ello. "No es así. Sólo se podrían suspender sin pagarlos si las causas meteorológicas ponen en riesgo a los espectadores. Aquí había un problema de visibilidad pero en ningún momento de seguridad, con lo cual en ese sentido no habría ningún motivo para poder suspenderlos dejando de pagar", recalcó.

Respecto a un posible aplazamiento del espectáculo, "en primer lugar para poder hacer un espectáculo de este calibre tienen que tramitarse permisos con varias semanas de antelación", recordó el edil. A ello agregó que "el dispositivo de seguridad implica a unas 150 personas y sería un mayor coste para otras administraciones y cuerpos de seguridad implicados". Así que, resaltó, "el ahorro no sería real, sino que incurriríamos en costes mayores". Además añadió que "el 'restallón' del día siguiente no se podría haber lanzado si se aplazan los fuegos", dado que habría más de mil kilos de pólvora -los de los fuegos artificiales- dispuestos en el Cerro de Santa Catalina que imposibilitarían la ejecución del "restallón". "Y volver a tramitar los permisos nos habría llevado días. Es para un sitio y una hora en concreto, no se puede mover", afirmó Martínez Salvador.

Asimismo, tanto él como otros responsables de Divertia incidieron en que "la Semana Grande ha sido un éxito, la ciudad estaba llena de gente, hemos tenido a rebosar los diferentes escenarios ubicados por la ciudad y tuvimos 11.000 personas en el Jovellanos viendo Priscilla". Y sentencian: "Fue una grandísima semana para la ciudad, aunque en el momento final se haya visto un poco empañada".