Con tan solo 14 años Andrés Suárez comienza su andadura en la música, creando una banda en su ciudad natal, Ferrol. Tras pasar por unos cuantos grupos, hacerse cantautor en Santiago de Compostela -donde graba su primer disco- e irse a Madrid para empezar cantando en el metro, le llegó el tiempo de llenar hasta el Palacio Vistalegre. A partir de ahí, su carrera cambia y el pasado 2015 grabó su sexto disco, "Mi pequeña historia", con el que está de gira y llega hoy a Gijón, a un concierto del programa de "Íntimos" del Botánico que tiene todas las entradas vendidas.
-No es la primera vez que actúa en Gijón. ¿Qué espera de este concierto?
-Espero que sea una fiesta, porque la gira "Mi pequeña historia" está terminando y va a ser el último concierto haga en esta tierra Asturias y en concreto Gijón. Por lo que quiero que sea una celebración, un brindis por tantos años de conciertos de canciones y por los años que vayan a venir. Además tengo gente conocida que ha estado en el Botánico y todos dicen que es una autentica barbaridad, una lujo para cantar. Pienso tomarme la actuación como un momento personal.
-¿Qué tiene de especial este disco?
-Creo que es más sincero que otros, de ahí que se llame "Mi pequeña historia". Todo lo que canto son cosas reales, personas que han pasado por mi vida, recuerdos, buenos momentos. Es complejo porque yo soy una persona muy tímida, pero a pesar de eso me he desnudado completamente y he contado mi vida tal cual en ese disco. Y eso es con lo que me quedo, con que es un disco muy personal, con letras que llegan más por lo sinceras que son.
-Es el sexto disco. ¿El más importante hasta la fecha?
-Yo creo que el último disco que vas sacando es el más importante, porque es el más maduro y tienes que defenderlo a muerte. Este último disco debe recoger fielmente mi esencia, ideología, el momento que estoy pasando. "Mi pequeña historia", ahora mismo es el que más me representa, ya que tengo unas vivencias más marcadas; además se diferencia mucho del primero que saqué, en el que tenía 18 años y ganas de comerme el mundo por diversos factores.
-En la grabación del disco puso a los músicos de su banda a tocar unos frente a otros. ¿Qué buscaba con eso?
-No creo mucho en los disco de estudio. Me explico, llevo desde los 14 años tocando en bares en directo, dándole al público música viva y eso creo que es una forma de entender la música. Entonces me parece contradictorio estar mirando a una pared o a una luz roja, mientras grabas. No lo entiendo, no me inspira para mi no tiene alma. Yo lo que quiero es cantar a la gente, por eso quería que hubiera personas en el estudio. Además mi banda son mis amigos y yo quería sentir su intensidad, su carácter. Por eso la idea de grabar un disco mirándonos todos a los ojos.
-¿Cuánto de difícil ha sido llegar hasta aquí?
-Ahora las cosas me van bien y puedo vivir de la música, pero antes las cosas no eran así. Las puertas estaban más cerradas y era todo más costoso pero eso no quiere decir que no lo intentes o no luches con más fuerza. Yo creía en mí, en mis canciones y fui un cabezón, un testarudo gallego, y sigo siéndolo.
-¿Cómo fue pasar de tocar en escenarios al metro de Madrid?
-Fue emotivo, la persecución de un sueño. De Galicia yo me fui forzosamente, porque había un circuito mucho más limitado. Me fui a la capital sin saber lo que era el metro para cantar, sin tener donde dormir y a base de trabajo me fue yendo mejor. Madrid creo que es el lugar donde hay que pasar muchos capítulos de tu vida, muchos momentos vitales, pero siempre sabiendo de donde es uno.
-¿Esperaba llenar el Palacio de Vistalegre? ¿Cómo se sintió?
-Me sentí genial, más nervioso que feliz porque había muchísima gente y una energía descontrolada, algo a lo que no estoy acostumbrado. Lo guardo como una noche inolvidable. Para mí eso es un mundo nuevo que genera un nerviosismo brutal.
-¿En que se inspiras para escribir tus propias canciones?
-Cada canción tiene que ser un recuerdo, ya sea una canción al alzhéimer de mis abuelos, o a una habitación de un hotel compartida o un amor que nunca fue. Lo que canto es lo que viví, lo que recuerdo, gente maravillosa que encontré por el camino, amores que no han podido ser, cosas personales para mí y creo que eso es muy inspirador.
-¿De dónde le viene la afición por la música?
-Mi abuelo cantaba de manera aficionada, al igual que mi madre y yo creo que poco a poco fui amando la música por ellos. Además en mi casa siempre recuerdo guitarras, instrumentos...
-¿Qué espera del futuro artísico?
-Lo que pido es seguir siendo un gallego que consiguió el sueño de su vida: vivir de la música y poder seguir cantando.
