Al llegar de hacer el servicio militar, con 21 años, decidió comenzar a trabajar en la hostelería, un mundo en el que lleva casi dos décadas. Eduardo Fernández, que acaba de ganar el XXIII Concurso de escanciadores en la categoría local, su pasión por la sidra la tenía dentro de sí mismo, como todos los asturianos, pero la fue perfeccionando con el paso de los años. Tras una década sin éxitos en los concursos de escanciadores, con un quinto puesto en Gijón y un decimocuarto a nivel regional, a sus 38 años acaba de conseguir una victoria que le sirve para reivindicar la figura del echador de sidra por encima de los escanciadores automáticos. Además pide a los jóvenes asturianos que se involucren y se tomen con ganas la tradición de escanciar, tras varios años de dominio latinoamericano. "Es importante que no se pierda esta tradición", destaca este gijonés, que trabaja en la sidrería Los Pomares.

-¿Un buen escanciador nace o se hace?

-Se va haciendo con el tiempo. Se va perfeccionando la técnica. Hay que querer mejorar, y dedicarle muchas horas.

-¿Cuál es el secreto para escanciar un buen culete? ¿Cómo debe ser?

-Lo primero es estar tranquilo, para que la gente vea que lo estás echando bien. Y después el chorro tiene que caer desde arriba hacia abajo recto. El vaso bien situado entre las piernas, y echar ese chorro al borde. Y lo ideal es que salgan seis culetes por botella. Y eso un echador de sidra automático no lo consigue. La calidad no es la misma.

-¿Le gusta escanciar fuera del trabajo?

-La verdad que apenas tengo tiempo. Pero si lo tengo que hacer no tengo problema. Al final mi vinculación con la sidra se debe al trabajo, que no deja de ser algo muy serio.

-¿Qué cantidad de sidra suele escanciar un día ajetreado de trabajo?

-Entre siete y ocho cajas.

-¿Por qué gusta tanto la sidra? ¿Qué cree que tiene de especial?

-Su sabor a manzana hace que guste mucho. Y es una bebida que si está fresca entra muy bien, y que siempre la relacionamos con el disfrute y el verano.

-¿Cree necesario que se profesionalice la figura del escanciador?

-Es importante dignificar la figura del escanciador, porque no es lo mismo beber la sidra bien preparada por un profesional que por una máquina tras apretar un botón. El escanciador se esmera en echar el culete, el sabor es distinto y la sidra no rompe tan fuerte como en un escanciador automático

-Llevaban varios años de dominio en los concursos los escanciadores latinoamericanos, ¿se está perdiendo el arraigo de la figura del echador de sidra en Asturias?

-Seguimos igual que los últimos años, con una tendencia hacia menos asturianos en concursos y echando sidra en los bares. Los latinoamericanos vienen aquí y lo intentan hacer lo mejor posible. Es cierto que lo están haciendo muy bien, pero los asturianos tendríamos que por lo menos intentarlo y que no se pierda esta tradición.