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IGNACIO FUSTER IGLESIAS | Secretario general de CSI, trabajador de Vauste

"El sindicalismo, y menos en la CSI, no se hace en las redes sociales sino militando"

"A todos nos gusta solucionar las cosas negociando, pero eso no significa que renuncie a las barricadas si hacen falta"

Ignacio Fuster Iglesias. JUAN PLAZA

Ignacio Fuster Iglesias, gijonés de 38 años y maestro industrial en electrónica, trabaja como tornero en Vauste (la antigua factoría de Tenneco). Desde el 6 de junio es el nuevo secretario general de CSI. También es miembro del comité de empresa de Vauste y antes lo fue de Tenneco.

-¿Relevo generacional en el sindicato?

-De la ejecutiva anterior sólo queda una persona. Y somos una ejecutiva de 21 personsas, cuando la anterior era de 9. Nuestra media de edad es de 43 años, lo que es un salto generacional importante: Morala, Samuel, Turón y la vieja guardia de Naval Gijón ya no están.

-¿Cómo están de afiliación?

-En los últimos dos años aumentó sobre un 30%. Ahora tenemos casi 4.500 afiliados.

-¿A qué cree que obedece ese incremento en afiliación?

-Primero a la crisis. También porque hay otros sindicatos que lo hacen bastante mal.

-¿A qué se refiere?

-En el ADN de CSI está no dejar nunca tirado a ningún trabajador. No firmamos ningún expediente de regulación; somos un sindicato guerrillero. Hay otros para los que negociar significa firmar expedientes de regulación y cerrar empresas.

-A la CSI también se la identifica con las barricadas.

-Yo no renuncio a las barricadas. Morala usa un lema de mayo del 68 que a mí me gusta mucho: las barricadas cierran la calle y abren el camino. No siempre se necesitan, como se demostró en el caso de Tenneco. A todos nos gusta negociar y con argumentos solucionar problemas. Eso no quiere decir que renunciemos a las barricadas, que son buenas siempre que sean necesarias como altavoz o en defensa de los puestos de trabajo.

-¿Considera trasladable a cualquier otra empresa en crisis la estrategia que siguieron en Tenneco?

-En Tenneco fue fundamental que el primer día del cierre hicimos una asamblea y dijimos que no habría siglas sindicales; estábamos todos despedidos y todos teníamos que tirar en la misma dirección; que no permitíríamos que entrara ninguna federación sindical a gestionar el conflicto, todo lo íbamos a decidir en asamblea y también fue fundamental la gran manifestación que hubo en Gijón. El pueblo de Gijón tiró de los políticos y con los políticos tiramos de la UE.

-Por ese camino intentaron seguir otras empresas, como Gijón Fabril.

-Yo estuve dando una charla a los trabajadores de Gijón Fabril el primer día que les anunciaron el cierre, explicándoles qué habíamos hecho en Tenneco. Pero ahí ya noté que mientras en Tenneco nunca estuvimos dispuestos a aceptar dinero y exigíamos el puesto de trabajo, en Gijón Fabril la gente estaba dividida, con parte que ya estaba calculando sus indemnizaciones. Y la empresa, cuando puede, aplica el divide y vencerás. En la asamblea de Tenneco todos fuimos a bloque y no queríamos las indemnizaciones, aunque nos llegaron a ofrecer hasta 55 días por año.

-¿Qué plantea hacer en CSI?

-Corregir algunos fallos que tiene el sindicato. Uno de ellos es la organización, que era muy difícil hacerla bien con nueve personas. Ahora con 21 tiene que ser más fácil. Estamos volcados con la organización de Gijón, dando cargos. Y el 30 de junio en Avilés ya se hizo una ejecutiva local de 14 personas. Los siguientes pasos serán hacer lo mismo en Oviedo y Mieres. Hasta ahora muchos casos de Asturias vienen a Gijón, porque en otros sitios no tenían organización, ni asesoría jurídica y con los locales abriendo pocos días. Ahora queremos que sí lo tengan, para descargar también a Gijón. Otra cosa que queremos hacer es la Escuela Luis Redondo, para formar a los cuadros sindicales. Ahora hay muchos miembros de comités de empresa que no saben, por ejemplo, hacer una denuncia ante Inspección de Trabajo y saturan la asesoría o acción sindical. En octubre vamos a comenzar con esta escuela. También estamos cambiando la imagen del sindicato y en breve cambiaremos la página web, además de utilizar bien las redes sociales. Pero que nadie crea que el sindicalismo, y menos en la CSI, va por las redes sociales. El sindicalismo se hace en la calle con la militancia, pero es importante saber utilizar como instrumento las redes sociales.

-¿Los cambios incluirán que haya liberados en la Corriente?

-No. No tenemos ni subvenciones ni liberados. Yo soy el secretario general de CSI, tengo 20 horas sindicales al mes, estoy a tres turnos en mi trabajo y por supuesto no estoy liberado. Me busco la vida para ir al sindicato.

-¿Por qué optan por eso?

-Cuando se tienen liberados, la militancia empieza a flojear, porque piensan que si estás pagando a alguien, pues que lo haga él. Como no tenemos subvenciones somos el único sindicato que no está investigado; por algo será.

-¿El único?

-La comparación es respecto a UGT, CC OO y USO.

-Un sector de la izquierda vincula a CSI con Podemos en Gijón. ¿Qué tiene que decir?

-La Corriente, lógicamente, tiene ideología de izquierdas, pero siempre fue y será independiente. En CSI hay gente de Podemos, como también hay gente de IU y seguramente de más partidos. De ahí a decir que la Corriente es Podemos o Podemos es la Corriente...

-¿Cree que se está superando la crisis económica?

-Que va. A partir de septiembre tendremos el sindicato nuevamente saturado. Esto no tiene visos de que se esté superando, por mucho que digan los políticos. Sólo hay que ver el día a día del sindicato para darse cuenta. Cada vez hay más gente que viene porque no tiene para comer, y estamos hablando de Gijón. Nosotros tenemos un banco de alimentos con el que les ayudamos. Si antes había un puesto de trabajo de 1.500 euros, ahora tenemos tres con sueldos de 500. El empleo se está precarizando cada vez más. Cuando dicen que hay más gente trabajando no dicen qué puesto de trabajo es. ¿Quién vive con 300 o 500 euros? Hasta ahora, los abuelos iban tirando de los hijos y los nietos con sus ahorros, pero la crisis lleva durando mucho, empezó en 2007 y los abuelos ya no tienen lo que juntaron toda su vida y ahora empieza a haber dramas familiares de varias generaciones. Invito a quien lo quiera comprobar a que vaya a la Casa Sindical y vea el día a día de lo que ocurre.

-¿Qué más problemas les están llegando?

-Es alarmante y preocupante el número de casos de acoso sexual en el trabajo que nos están comentando. En dos meses nos llegaron cuatro de empresas grandes conocidas, empresarios pequeños y hostelería.

-¿Están a gusto en la Casa Sindical?

-La Casa Sindical nun pieslla. Las formas son importantes y antes de plantear nada para la Casa Sindical la Alcaldesa tendría que haber hablado con nosotros. No nos vamos a ir, y en lo mismo están CGT y CNT. Hace mes y medio solicitamos una entrevista con la Alcaldesa y no tenemos noticia alguna. Más que preocuparse de la Casa Sindical, la Alcaldesa tendría que preocuparse de los desahucios y la precariedad en que viven muchas familias.

-¿La nueva ejecutiva está tutelada por la saliente?

-Tenemos plena capacidad de decisión. Ahora, yo soy el primero que digo que el conocimiento lo tiene la gente de antes, que llevan más de 30 años en esto. Todos ellos están a nuestra disposición.

-¿Qué le parece que la Plataforma Contra la Contaminación pida que se rechace el proyecto de reformar las baterías de coque de Arcelor y reclame que las haga nuevas?

-Ese tema se va a tratar en la ejecutiva, para posicionarnos.

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