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Roces vigila al murciélago alemán

La estación de un radioaficionado de Gijón se une a un proyecto europeo para estudiar la migración de los esperteyos en el centro del contienente

La antena de Roces.

Cada otoño los murciélagos de Leisler que viven en la frontera entre Alemania y Polonia cruzan media Europa. Recorren hasta 2.000 kilómetros para llegar a países más cálidos del sur del continente. La migración de estos animales lleva siglos repitiéndose. Pero este año el recorrido de diez de estos esperteyos va a tener algo nuevo: se va a vigilar desde Gijón. La estación de radioaficionado de Carlos Solares -un gijonés miembro del colectivo Fauna Urbana-, va a permitir a los científicos europeos seguir desde la calle Salvador Allende del barrio de Roces a una decena de murciélagos para recoger los datos con los que elaborar un estudio sobre las migraciones de este tipo de quirópteros.

"Si hay días con buen tiempo y los animales pasan por el Golfo de Vizcaya nuestro sistema graba la zona por la que vuelan y registra el código morse que cada murciélago lleva asociado al chip que se le implantó en su día. En ese código está escrito su nombre", explica Solares. Hace casi una década que este gijonés instaló en Roces una estación de radioaficionado. "Después de montarla empecé poco a poco a colaborar con este tipo de proyectos y reconvertí el uso que le daba a los aparatos", afirma Solares.

El día 1 de septiembre el gijonés empezará a colaborar con Eurobats, el convenio para la protección de los murciélagos europeos. "Por el momento se sabe poco de la migración de los 'esperteyos' de Leisler por lo que tenemos muchas esperanzas de poder captar alguna señal y que nuestro trabajo sirva para el estudio", mantiene el gijonés haciendo hincapié en que, hasta la fecha, la tecnología no había permitido instalar chips como los que hace días se les implantaron a estos animales para poder saber algo más sobre los movimientos que cada otoño realizan en el centro de Europa.

"Los transistores que llevan los murciélagos no son más grandes que un botón. Miden un centímetro y pesan 29 miligramos, es impresionante lo que se ha avanzado la tecnología en este sentido", enfatiza Solares que insiste en que este es un "buen ejemplo de como la sociedad puede colaborar con científicos e investigadores en muchas tareas de apoyo a proyectos que suelen pasar desapercibidos, pero que contribuyen a ampliar los conocimientos que se tienen sobre este tipo de animales".

La "relación" de Fauna Urbana con los murciélagos no es algo nuevo. Este colectivo organiza anualmente desde hace dos años la Noche de los Murciélagos, una cita abierta a todos los públicos en la que se ofrecen charlas y avistamientos de este tipo de animales.

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